El Tour de España
La niebla provocada por el cúmulo de emociones causado por los Juegos
Olímpicos y por la marcha de Messi ha comenzado a disiparse para mostrar que, de repente, ha comenzado LaLiga y está a punto de arrancar La Vuelta. El deporte nunca para. Ni mira hacia atrás. La carrera española, que ya fue presentada el jueves, rueda desde hoy con una contrarreloj individual que mostrará las excelencias de Burgos con la originalidad de partir desde su
Catedral, en plena celebración de su octavo centenario. La ronda terminará en Santiago
de Compostela allá por el 5 de septiembre, también por los fastos del Xacobeo, con otra crono de 34 kilómetros, por lo que ha venido a bautizarse como ‘La Vuelta de las
Catedrales’, aunque es igual de apropiado utilizar el titular de ‘Una Vuelta como una
Catedral’, que describe mucho más de lo que es su salida y su llegada. Entre una y otra cronometrada, el recorrido enseñará nuevas subidas, una de sus señas de identidad. Una de ellas acapara la atención, el Gamoniteiro, y otra puede convertirse en el gran descubrimiento del trazado, Villuercas.
Con el libro de ruta en una mano y el listado de dorsales en la otra, los atractivos se multiplican. Los recorridos interesantes sobreviven a la participación, pero en este caso el elenco también acompaña. Sólo falta Pogacar, lo que no es del todo malo, porque permite más igualdad en el siguiente escalón, donde resalta
Roglic, en busca de emular a Rominger con su tercera Vuelta consecutiva. El dorsal 1 tendrá enfrente al todopoderoso Ineos, que ha alineado un equipo tan fuerte o más que el del Tour, con Bernal, Carapaz, Pidcock, Adam Yates, Sivakov… Mucho gallo en el corral. La lucha por la victoria estará ahí, en ese choque de trenes, con permiso del
Movistar, que este año aún no ha mojado en una grande, y también de Landa, que alguna vez dejará de coleccionar fatalidades.