Primoz Roglic, favorito entre los favoritos

Roglic era, de entre los favoritos, el que mejor se desenvuelve contra el crono, y así lo demostró. En una contrarreloj puedes perder La Vuelta, pero no la vas a ganar, y las diferencias entre el resto de los aspirantes, quitando a Landa, que perdió 39 segundos, no son significativas. Burgos fue la primera toma de contacto y lo importante es que ningún ciclista sufrió caída o percance alguno y La Vuelta sigue tan abierta como si no hubiese empezado. Pero claro, siempre es mejor tener el tiempo a favor que deber recortarlo. En una etapa como esta lo que importa es arrancar, perder el menor tiempo posible, pero sobre todo no sufrir una caída que te pueda llevar atrás del todo.

La pena es que se le escapase a Alex Aranburu la victoria en el último momento. Les está costando mucho conseguirla en las grandes vueltas a los españoles, pero claro, Roglic cerraba la jornada. Es el principal candidato, el ganador de las últimas dos ediciones de la ronda nacional, y este año se acabó retirando del Tour de Francia. Esto le puede venir bien para acabar más fuerte que en ediciones anteriores, en las que sufrió prácticamente hasta el último día. Aunque, si yo fuera Roglic, perdería mañana el maillot rojo para no desgastar al equipo. Dejaría una escapada y si los otros quieren, que cojan la prensa. No tiene por qué defenderla desde el primer día, ya habrá tiempo para eso.