La renovación de Doncic, la única alegría en Dallas
Los Mavs fallan en el mercado ● Solo tres fichajes
Desde hace meses, eran dos las preocupaciones de Dallas Mavericks. La primera, que no se escapara la extensión de Luka Doncic. La segunda, rodear mejor al jugador esloveno. La Operación Doncic, se podría apodar. El ex del Real Madrid está para ganar ya. O, al menos, para dar un paso más adelante, uno que se resiste desde 2011 a la franquicia texana: superar la primera ronda de los playoffs.
“¿Cómo se consigue una estrella que quite responsabilidad a Luka?”, se preguntaba Mark Cuban, propietario de la organización, en junio, en la antesala de un mercado de agentes libres, renovaciones y traspasos que los texanos afrontaron en pleno proceso de reconstrucción y con importante cambio en el banquillo. Jason Kidd fue el elegido para sustituir a Rick Carlisle tras 13 años, 1.104 partidos y un anillo con los Mavs, y una delicada relación final con Doncic.
Los cinco años más de Doncic, por 207 millones de dólares, récord histórico para la ampliación contractual de un novato, son la mejor noticia. El base es uno de los grandes candidatos al MVP, según todos los pronósticos. Un jugador único, diferencial. También renovó Tim Hardaway Jr. (cuatro años y 74 millones), fundamental en los playoffs ante los Clippers.
Y hasta ahí la felicidad en Texas porque las caras nuevas, sin embargo, son pocas y, para lo que se esperaba, decepcionantes: Sterling Brown (Houston Rockets), Reggie Bullock (New York Knicks) y Moses Brown (Oklahoma City Thunder) son los tres grandes fichajes. Poca cosecha para dar el paso de gigante necesario en el Oeste.
Llegó a sonar Kawhi Leonard, que renovó con Los Angeles Clippers tras unos días de incertidumbre. Después, asomaron DeMar DeRozan, Spencer Dinwiddie y Goran Dragic, su amigo y compañero en Eslovenia. Agua. Y, finalmente, Kyle Lowry, seguramente, el que estuvo más cerca. Pero no: jugará en Miami Heat. Y puede ser un problema. Principalmente, porque no se ha logrado esa ansiada segunda estrella. Esa que, además, se veía, en su momento, en un Kristaps Porzingis que ha decepcionado y cuya relación con Doncic es simplemente cordial.