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Sin gallos de pelea

El Pico Villuercas se estrena con el triunfo de un ilustre, Romain Bardet, pero con nulas ganas de lucha entre los líderes

- JUAN GUTIÉRREZ

El Pico Villuercas se estrenó con el triunfo de un ilustre, Romain Bardet, doble podio en el Tour, pero con nulas ganas de pelea entre los gallos. Odd Christian Eiking tacha otra fecha vestido de rojo. En teoría perderá hoy el maillot en El Barraco, o el miércoles en los Lagos, o el jueves en el Gamoniteir­u, o el penúltimo día en Mos, o en la crono final de Santiago… Pero también lo iba a perder en el coloso de Extremadur­a, y ahí sigue agarrado a la general. Sólo Guillaume Martin intentó un asalto a la prenda, sin éxito. Luego voló Superman López para apretar a Primoz Roglic, pero únicamente recortó cuatro segundos. A esas alturas ya habían pasado 10:15 minutos desde que la escapada había coronado a Bardet. Sólo él supo aprovechar el recorrido.

Hasta ahora sabíamos que Thomas Pidcock estaba en La Vuelta porque hizo un caballito en el muro de Valdepeñas de Jaén. Su jaleada participac­ión se limitaba a esa cabriola, de fácil ejecución para un corredor tan técnico como el británico, que domina con maestría la bicicleta de montaña, el ciclocross y el ciclismo de ruta. Desde hoy también sabemos de su presencia en la ronda española porque se metió en la fuga de 18 unidades que protagoniz­ó la gran etapa de Extremadur­a, ese descubrimi­ento de Villuercas.

El campeón olímpico de mountain bike eligió, precisamen­te, el mismo día que se disputaba el Mundial de la especialid­ad. Ganó Nino Schurter, por cierto. Su inclusión podía tener como objetivo el triunfo de etapa, pero también el ataque trasero de alguno de sus líderes del Ineos, Egan Bernal o Adam Yates, necesitado­s de remontar si quieren aspirar al podio o algo más en La Vuelta. No se dieron por aludidos. El mejor punto previo para sorprender era el Alto Collado de Ballestero­s, una explosiva subida de 2,8 kilómetros al 14%, plagada de un animoso público extremeño, agradecido del regreso de la carrera a su comunidad ocho años después. El repechón, espectacul­ar, se coronaba lejos, a 68 km, y los gallos se fumaron la oportunida­d.

Delante, en la fuga, un insigne del ciclismo coronaba en solitario, Bardet, pero tampoco osó marcharse con tanto terreno extremo por el camino. Ya habría otra ocasión. Quienes sí desafiaron al grupo de fugitivos fueron Nicolas Prodhomme y Dani Navarro, ganador en Cabárceno en 2014. Luego se unió Sep Vanmarcke. El trío se rompió por una caída de Navarro y Vanmarcke en un peligroso descenso. Y Prodhomme se fue solo, para empezar Villuercas con un minuto. Insuficien­te. También se había pegado un buen costalazo Jay Vine, tras apoyarse en un coche de asistencia cuando recogía un bidón. Tanto Navarro como Vine volvieron a la carrera. Y lo hicieron al ataque. Vine, sorprenden­te, cruzó tercero la meta. Navarro llegó 12º, con la sensación de una gran oportunida­d perdida. Son de otra pasta.

Bardet, el más fuerte, resistió todas estas provocacio­nes y algunas otras. Eran demasiados enemigos para responder de uno en uno. Y esperó a su momento, a siete kilómetros, bien dirigido desde el coche del DSM. El francés arrancó en solitario para conquistar una victoria de prestigio y para abrir brecha al frente de la Montaña, que ya ganó en el Tour en 2019. Bardet es un ilustre del pelotón con dos podios, segundo en 2016 y tercero en 2017, y tres etapas en la Grande Boucle. A esta Vuelta llegó a tono, tras lograr una victoria en la de Burgos, pero una caída temprana le privó de la lucha por la general. Desde entonces se ha dedicado a otros objetivos. Y no le ha salido nada mal. En segunda posición entró Jesús Herrada, otro disparo al poste del infértil ciclismo español, tras los de Alex Aranburu, Carlos Verona y Enric Mas. Faltan siete días de competició­n y España todavía no conoce este año la victoria en una grande.

Heroico

Jay Vine finaliza tercero tras sufrir una caída tremenda

 ??  ?? Romain Bardet, posterior ganador en Villuercas, lidera la etapa en la subida al Alto Collado de Ballestero­s, que se coronaba a 68 kilómetros de la meta.
Romain Bardet, posterior ganador en Villuercas, lidera la etapa en la subida al Alto Collado de Ballestero­s, que se coronaba a 68 kilómetros de la meta.

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