Majka, una gesta entre lágrimas: “Va por mi padre”
El polaco no ganaba desde 2017
Rafal Majka protagonizó en la etapa de ayer una de las gestas de La Vuelta. Venció en El Barraco, tierra de escaladores, con una exhibición de otro tiempo: 125 km en fuga, 72 en solitario y coronando primero los cuatro puertos del día. Era el homenaje que le tenía preparado a su padre, fallecido a principios de año. “Lo probé de todas las maneras posibles para meterme en la escapada. Y una vez que sentí que tenía buenas piernas, lo que quería era irme en solitario. Dedicarle un triunfo así a mi padre, a mis hijos, a mi familia…”, explicó este polaco de 31 años, excelso escalador, que volvió a disfrutar de una victoria tras casi cuatro cursos sin éxitos.
De hecho, la última de las 11 que hasta ayer figuraban en su palmarés también fue su primera en la ronda española, con final en La Pandera. Sus dotes de especialista en montaña le habían llevado a ser tercero de la competición en 2015. La campaña anterior había demostrado su calidad en el Tour, con dos etapas (ganó otra en 2016) y la clasificación de topos rojos. Pero aquel podio en la cita nacional fue su mejor puesto en generales de grandes vueltas, aunque sí cuenta con cuatro top-10 en el Giro. Este año, el UAE le reclutó para ser escudero de Pogacar en el Tour. “Fue mucho esfuerzo y en esta Vuelta no me veía con la tensión de pelear por estar arriba”, se sinceró.
Lo que sí logró es un triunfo parcial de muchísimo mérito. “Iban grandes corredores en la escapada y yo no soy nada veloz, así que sabía que mi oportunidad estaba en marcharme solo. Lo intenté pronto, pero lo tenía que dar todo hasta el final. Que al día siguiente llegara la jornada de descanso, me animó más”, analizó el ciclista de un UAE que se convirtió en la octava formación que se anota una victoria en esta Vuelta.
Táctica “No soy nada veloz, mi única opción era irme solo”