“La discapacidad está en nuestras cabezas” Emilio Morenatti
El fotoperiodista español, ganador del Pulitzer por una serie sobre la pandemia, cubrió los Paralímpicos.
Paralímpicos
“Con ellos te das cuenta de que la limitación está en nosotros”
Cobertura
“Es como en Gaza, se trata de llegar con la mayor de las sensibilidades”
● US Open de tenis en Nueva York ● Alcaraz buscaba la semifinal ante Aliassime ● Entrevista con el ganador del Premio Pulitzer de fotografía sobre los Paralímpicos
Emilio Morenatti (Zaragoza, 1969), es ya para sus colegas ‘el del Pulitzer’, etiqueta en la que le cuesta reconocerse. Perdió una pierna en Afganistán y en Tokio reflexionó con AS sobre la discapacidad.
—¿Cómo fue su experiencia en los Paralímpicos? ¿Había estado con anterioridad?
—Hice Londres 2012, tanto de olímpicos como de paralímpicos, y me pareció una experiencia muy buena porque aquí se juntan varios factores. Uno, de hacer lo que te mandan y otro, fundamental, el interés por ver cómo se mueve todo dentro de una competición como ésta. Está mi propia curiosidad como persona con discapacidad y la necesidad de visibilizar este mundo y su mensaje de superación. Me trajeron esos dos factores, pero adicionalmente hubo un trabajo que propuse hace meses a AP y me aceptaron.
—Cuente...
—Se trata del seguimiento a una serie de americanos heridos en combate, que estuvieron en Afganistán o Irak y perdieron algún miembro, y a quienes el deporte les ha cambiado la vida. Indagué qué veteranos quedaban y les contacté para ir a visitarles a sus casas en Estados Unidos. Un reportero tomó nota de todo aquello y la historia se publica estos días.
—A lo largo de los Juegos mostró en sus redes fotos de los deportistas con sus historias, algo que está teniendo gran repercusión.
—Fíjate la rumorología en general, cuando dicen que por qué no se visibiliza más, cuando lo estoy haciendo. Hay una protesta generalizada, pero claro que está llegando. Cubriendo los Paralímpicos me pasa un poco como cuando cubro historias en Gaza o en sitios donde realmente la misión del fotoperiodismo es fundamental, y se trata de llegar con la mayor de las sensibilidades. Cuando se dan las circunstancias te sientes muy útil.
—¿Cómo?
—Hay una cosa que me fascina de los paralímpicos. A veces estás en la piscina y ves salir a un nadador sin brazos ni piernas. Te pones delante con la cámara y dudas antes de hacer la foto, pero te mira y te pide que le mandes la foto. Te deja descolocado porque te está sonriendo y te está dando una empatía tremenda. Te das cuenta de que la limitación está en nosotros, no en ellos.
—De las historias de los deportistas que ha sacado, ¿cuál le ha impresionado más?
—Hay un nadador brasileño, Gabriel Geraldo Santos Araujo, que no tiene brazos ni piernas y no entiendo ni cómo flota siquiera, pero gana siempre. Al no poder celebrarlo levantando sus brazos, lo que hace es coger un chorro de agua con la boca y lo lanza hacia arriba. Esa celebración me pareció espectacular. También me impresionó la triatleta italiana Veronica Yoko Plebani, que tiene una enfermedad severa y físicamente se ve que ha debido de sufrir muchísimo, ha perdido dedos y pies y se aprecian unos daños tremendos en la piel. Ha encontrado en el deporte una escapatoria.
—¿Cómo le ha repercutido recibir un Premio Pulitzer?
—Todavía no lo he conseguido procesar y no lo digo de coña. El otro día me decía un colega de Yakarta: ‘Joder, tú eres el del Pulitzer en solitario’. Y pensaba: ‘¿Yo?’. Es algo tan bueno que casi no lo abarcas.
—A nivel personal, ¿cómo vive la discapacidad?
—Una cosa es que nazcas con discapacidad y no sepas cómo serías sin ella. Y otra, que con 40 años pierdas una pierna. He sido siempre una persona muy ágil, muy activa, que se subía a los árboles a hacer fotos. Mi discapacidad me acompañará siempre, son heridas eternas, pero sí hago ejercicios (y casi lo consigo) para empezar a reconocerme tal cual soy. Ahora soy así, toca así y ya está. Si me canso un poco y tengo que sentarme, aviso para que el resto tire y luego yo cojo un taxi. El Pulitzer lo he conseguido gracias a un patinete eléctrico. Me busco la fórmula para salir adelante. Es mi caso y el de todas las personas con discapacidad. Pasa igual con la edad. Si lo niegas tienes dos problemas: que eres viejo y que lo quieres negar. A mí me cuesta. A veces me cabreo y digo: ‘Con lo que yo era’. Con eso no vamos a ningún sitio. Se trata de qué es lo que soy y qué es lo que puedo conseguir. La discapacidad no está en tu pierna o en tu brazo, la discapacidad está en tu cabeza. Esa es la limitación realmente.