La foto del Barça antes de la batalla
Inestabilidad. Recientemente, Joan Laporta tuvo un off the record con un grupo de periodistas en el que dijo cosas extrañísimas como que iba a ofrecer la renovación a Ronald Koeman, pero que para eso
Riqui Puig y Umtiti tenían que jugar en este Barça. Obviamente, esos pensamientos y alguno más encendido que no ha trascendido públicamente corrieron como un reguero de pólvora por los mercados de la ciudad. Laporta hace todos los esfuerzos posibles porque su relación con el entrenador sea difícil de interpretar. Quiere dejar claro que, si la cosa no va bien, a Koeman no lo fichó él, sino Bartomeu. Pero al mismo tiempo, lo estimula y dice tenerle fe para instarle a ganar cosas grandes con un equipo que él sabe disminuido. Koeman debe andar confundido, y por eso debió hablar de manera casi inconsciente de las “cuchilladas” del fútbol en su entrevista a la cadena neerlandesa AD. Pero, a estas alturas, debe estar acostumbrado. Esto es lo que le espera.
Mirada. La foto del Barça antes de la primera gran batalla de la temporada, el Bayern, viene envuelta con un interrogante. En dos años se ha quedado sin sus tres jugadores de más talla universal (Suárez el curso pasado;
Messi y Griezmann en este). A cambio, ha fichado delanteros veteranos (Luuk de Jong, Agüero) y se ha agarrado a
Memphis, que ha caído de pie, como ilusión de la temporada. El Barça se ha quedado fuera de la escena mundial sin opción de fichar a cracks y con la marcha de su emblema. Sin embargo, el final del mercado permite pensar que tiene un plan. Como en 2003, Laporta ha hecho cierta limpieza. Ha llenado un poco las arcas con los discutibles traspasos de Emerson y, sobre todo, de
Ilaix, se ha quitado de encima dos megasueldos y ha abierto la posibilidad a la construcción de un equipo nuevo con ciertos márgenes salariales a partir de 2022.
Volcán. En una Arcadia feliz, el Barça puede imaginarse un año de transición con un compromiso bestial de los capitanes en el que Alemany consiga las renovaciones de
Pedri y Ansu Fati como futuros jugadores franquicia y canteranos como Araújo, Nico, Gavi,
Demir o Balde se instalen en el primer equipo antes de afrontar la llegada de alguien que devuelva proyección mundial al club. Pero el Barça está más cerca de ser un volcán que una balsa de aceite. Y su foto antes de la batalla no es precisamente fiable.