Solamente Wimbledon
Roland Garros cierra su puerta a Djokovic, que tampoco puede entrar en EE UU
Novak Djokovic llegó ayer al aeropuerto de Belgrado donde una veintena de aficionados esperaba para vitorearle. Pero no le vieron. Salió discretamente por una puerta no accesible para el público. No quería más ruido el serbio, deportado de Australia tras su negativa a vacunarse contra la COVID-19. Tiempo de reflexión, porque de continuar con su postura su carrera puede quedar cercenada.
Ayer, la ministra de Deportes francesa, Roxana Maracineanu, aclaró que el serbio (34 años y actual campeón) no podría jugar en Roland Garros (22 mayo a 5 de junio) si no dispone de la pauta completa después de que el parlamento aprobara el proyecto de ley que exigirá un certificado de vacunación para las actividades que impliquen interacción social.
“Será obligatorio para entrar en los espacios ya sometidos al pasaporte sanitario (estadios, teatros o salones) para el conjunto de espectadores, practicantes o profesionales franceses o extrajeros”, advirtió Maracineanu en Twitter.
Francia Una nueva norma exige el certificado de vacunación a deportistas
Cuarentena. En Wimbledon (27 junio-10 julio), en principio, no tendría problemas. Inglaterra habilitó una exención en sus requisitos de entrada al país para “deportistas de élite internacionales”. Djokovic debería hacer una cuarentena de 10 días, pero podría salir de ella para competir. Y tendría que pasar PCR los días 2º y 8º.
Sin embargo, Estados Unidos tiene ahora cerradas sus fronteras para el serbio. Sólo se puede entrar con la pauta de vacunación completa. Lo más inmediato son los Masters 1.000 de Indian Wells (desde el 10 de marzo) y Miami (22 marzo). Pero tampoco podría disputar el US Open en verano ni el otro Masters 1.000, el de Cincinnati, que es previo al grande neoyorquino.
El pulso que mantiene el balcánico con Rafa Nadal y Roger Federer, con los tres empatados a 20 Grand Slams, se tambalea. La expulsión de Australia también puede conllevar la prohibición de pisar el país durante tres años, aunque ayer el primer ministro, Scott Morrison, se mostró abierto a solucionarlo, siempre que acuda inmunizado: “Existe la oportunidad de que regrese en las circunstancias adecuadas y eso se consideraría en su momento”. Australia también acoge la ATP Cup, competición por equipos nacionales.
En cuanto a los patrocinadores, la firma Lacoste que viste al de Belgrado mostró cautela en un comunicado. Pero quiere “revisar” lo ocurrido junto a su patrocinado. El callejón se estrecha para el serbio.