Pedro Ferrándiz: “Teníamos la jugada estudiada”
El entrenador y Alocén la explicaron en 2003
● Lorenzo Alocén muere a los 84 años en Barcelona por causas naturales ● El exjugador del Madrid fue el responsable de anotar la autocanasta de Ferrándiz ● Breogán-Baskonia y Manresa-Obradoiro juegan hoy en la Liga Endesa
Fue hace 60 años cuando la mente privilegiado de Pedro Ferrándiz, una de las personas más importantes en la historia del baloncesto, hizo que Lorenzo Alocén pusiese en marcha una jugada inolvidable. La famosa autocanasta en el partido de ida de octavos de final de la Copa de Europa en Varese. Unos cuantos años después, en 2003, los dos se dieron cita en el Foro FerrándizAS, en una edición dedicada a los heterodoxos del deporte. Allí estaban Hugo Gatti, con la figura del portero-líbero, y Miguel de la Quadra-Salcedo, con su lanzamiento de jabalina de 100 metros de distancia. Y allí explicaron Ferrándiz y Alocén, entrenador y jugador, cómo se gestó la autocanasta.
“Según a quién, le digo que lo de la autocanasta fue inspiración divina o que lo teníamos previsto. Pero fue esto último. La estudiamos antes del partido. Jugábamos en Varese y era posible que llegáramos a un empate que no nos conviniera. Eran octavos de la Copa de Europa y después había que jugar la vuelta”, contaba Ferrándiz. El problema para el Real Madrid es que la prórroga, a la que iban a llegar muy justos, no les interesaba. Ese fue el detonante para poner el plan en marcha: “Ganábamos 36-44 en el primer tiempo. Pero la cosa se puso fea en el segundo. Hightower estaba lesionado y
Emiliano en el banco. Cuando faltaban dos segundos ganábamos 78-80 pero ellos metieron una canasta y empataron. Pedí tiempo y saqué a Alocén por Morrison”.
El pívot, a la postre la mano ejecutora de tan ingenioso recurso, recordó aquel momento mítico: “Me dijo, ‘Lorenzo, ya sabes lo que tienes que hacer’. Hightower esperaba en la zona italiana, Lolo Sáinz en el centro del campo y Emiliano estaba alerta por si no la metía y había rebote. Me la pasó Lluís, la metí limpia y fingí celebrarlo. La gente empezó a gritar alborozada: ‘¡Lorenzini, Lorenzini!”. Lluís Cortes, también presente en aquel Foro, remata la historia: “Nosotros le agarramos como si se hubiera vuelto loco para que los árbitros no nos pitaran técnica y no anularan la jugada. Pero un jugador del Varese, Toth, empezó a recriminarnos y el público no tardó en darse cuenta. Nos cayó de todo”.
El Madrid ganó el partido de vuelto por 18 puntos y la autocanasta fue prohibida bajo multa de 1.000 dólares y suspensión de dos años. Una jugada que cambió para siempre las reglas del baloncesto.
Alocén “Fingí celebrarlo y la gente empezó a gritar alborozada: ‘¡Lorenzini!”