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Etna llama al Landismo

Mikel Landa inicia la primera etapa decisiva del Giro con muchas ganas de recuperar tiempo a sus rivales

- M. GONZÁLEZ /

Atrás queda Hungría, desde la agitada Budapest a la turística Balatonfür­ed, donde las tres primeras etapas de este Giro de Italia fueron un interesant­e aperitivo de lo que estaría por llegar. Ese momento, inexorable, comienza hoy con la primera llegada en alto de la 105ª edición de la Corsa Rosa, una cima que emana épica y mística a partes iguales. Hablamos del Monte Etna, volcánica cumbre en el corazón de Sicilia que ya en la cuarta jornada de carrera separará el grano de la paja en la clasificac­ión general. Como final de etapa, el Etna debutó en la década de los 60, pero no ha sido hasta los tiempos modernos cuando se ha consolidad­o como icónico escenario de las dos carreras de las que forma parte: Giro de Italia (siete ocasiones) y Giro de Sicilia (dos). Sus ganadores, de lo más variopinto, con nombres de menor relumbrón como los de Acácio Da Silva o Jonathan Caicedo, pasando por ilustres como Alberto Contador (único español) o Damiano Caruso.

Y entre los muchos favoritos que pretenden inscribir su nombre en el Etna, es uno de los compañeros del italiano en las filas del Bahrain-Victorious quien pretende darle el relevo: Mikel Landa. El alavés (Murgia, 32 años) llega pleno de moral tras sacar nota en los tres primeros días de carrera, objetivo que pasaba por no ceder demasiado tiempo en la crono y evitar caídas en la etapa llana. “La verdad es que, por equipo, confianza y estado de forma llego muy bien a este Giro. Cada año y cada nueva experienci­a ha sido un aprendizaj­e y me siento muy preparado”,

Recorrido “Poca crono y mucha montaña, vamos a confiar...”, dice el vasco

cuenta el español a AS antes de afrontar esta batalla.

Los 22,8 km al 5,9% de promedio se adaptan perfectame­nte a las condicione­s de Landa, que siempre ha demostrado rendir mejor en ascensione­s largas y de menor explosivid­ad, donde su gran fondo y enorme valentía brillan con luz propia. Pero la mirada del vasco no sólo apunta al Etna, sino también a la 9ª etapa con final en el Blockhaus, donde tiene cuentas pendientes. “Le tengo ganas porque hace años me caí a pie de puerto. Luego tenemos el de Aprica, el del último día en la Marmolada... Finales que ponen la piel de gallina”.

Uno de sus rivales directos, al margen de Richard Carapaz y Simon Yates, será Joao Almeida, que recalcó estos últimos días su fortaleza mental para afrontar una alta montaña que en 2020 le privó del éxito tras quince días portando la maglia rosa: “No siento mucha presion. En el equipo (UAE) vamos todos a una. Soy más fuerte que antes y espero ser- lo también en las montañas. Cada día y cada segundo im- portan”. Bien lo sabe un Landa que debe empezar a recuperar tiempo al portugués, al británico y al ecuatorian­o en la persecució­n de su gran meta en este Giro: “Me encantaría volver al podio (lo hizo en 2015).

Hay un recorrido que se adapta muy bien a mis caracterís­ticas, con poca crono y mucha montaña. Vamos a confiar”. Es la hora del Landismo.

 ?? ?? Mikel Landa, junto al Trofeo Senza Fine, minutos antes de tomar la salida en una de las etapas de Hungría en esta edición del Giro de Italia.
Mikel Landa, junto al Trofeo Senza Fine, minutos antes de tomar la salida en una de las etapas de Hungría en esta edición del Giro de Italia.

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