Con el sello de Contador
El sevillano de 24 años se formó en el equipo del último líder español
Era imposible contener la emoción tras cruzar la línea de meta del Monte Etna, donde fue segundo tras Lennard Kämna. Abrazos con los auxiliares de su equipo camino de la zona de podio, donde Juanpe López (Lebrija, 24 años) vivió el que hasta ahora es el día más emocionante de su todavía prometedora carrera. El español se enfundó la maglia rosa del Giro de Italia en el
Monte Etna a base de valentía, de puro coraje, gracias a un ataque lejano con el que logró dejar atrás al resto de sus compañeros de fuga salvo a un Kämna con el que colaboró en el último tramo de ascensión en beneficio mutuo.
“Ataqué en la parte más empinada de la subida. Kämna me alcanzó a 2 o 3 km para el final. Traté de luchar por la victoria, pero fue muy difícil. Estoy tan feliz de tener la maglia rosa. No sé por cuánto tiempo estaré con ella, pero lo disfrutaré cada día”, relató el sevillano en zona mixta, entre lágrimas, sin creérselo, minutos después de escribir una nueva página en la historia del ciclismo español.
El sevillano inició su formación profesional en las filas del Kometa, equipo de un Alberto Contador a quien, curiosamente, ha sucedido en la lista histórica de españoles que han portado la preciada prenda, siete años después de que el pinteño lo hiciera con su victoria en la ronda italiana de 2015. “Era un ídolo que yo seguía en televisión. He visto vídeos de cuando él ganó aquí en 2011. Cuando ataqué me sentía fuerte, con confianza, pero nunca sabes lo que va a pasar. Trataré de disfrutar el momento, cada kilómetro. No me podía creer este momento hasta unos diez minutos después”, explicó el andaluz, todavía con la voz entrecortada por la emoción.
Poco importaba que se quedase a las puertas de un triunfo de etapa que a los nuestros se les resiste en rondas de tres semanas desde que Ion Izagirre alzase los brazos en el final en Formigal en La Vuelta 2020 (en el Giro no gana un español desde Pello Bilbao en 2019), porque ayer Juanpe demostró que puede dar guerra en el futuro. El reto de defender el liderato, hasta que la carrera le obligue a cambiar de rol, es mucho más fascinante: “Este es uno de los maillots más bonitos que he llevado en mi vida. No es que haya cumplido un sueño, es que se está haciendo realidad. El objetivo es claro, tenemos de líder a Ciccone y en el momento que haya que trabajar para él, lo haré”. El desparpajo que ha mostrado en televisión como comentarista ocasional durante el Tour de Francia, también lo plasma ahora en su primer Giro. El futuro es suyo.