Racing y Oviedo acaban el verano como lo empezaron
A ambos les faltan ritmo y goles
Un partido de pretemporada más. Soso, tristón, sin ritmo y sin goles. Como muchos otros de los que han jugado el Racing y el Oviedo este verano. ¿Un desastre? No, en absoluto. Son dos equipos con cara y ojos, con ideas claras, con esquemas definidos, pero a los que les falta velocidad de balón y algo más de riesgo. En una semana se verá si eso se lo da el gen competitivo de LaLiga Smartbank.
Romo eligió para empezar la última prueba de la pretemporada lo que le queda del equipo titular del pasado año. Ocho de los del ascenso, todos menos Cedric, suplido por Matheus, y por razones obvias Soko y Pablo Torre, a los que reemplazaron Alfon e Íñigo Vicente. Suena raro después de once fichajes, pero tal vez se trataba de un homenaje interno a los que tanto le dieron la campaña pasada. El partido arrancó soso, sin profundidad, con muchas imprecisiones por ambas partes, hasta que al cuarto de hora el equipo de Jon Pérez ‘Bolo’ comenzó a hacerse con la posesión y a acercarse al área de Parera. Un cabezazo de Obeng en el área chica y un paradón de Parera sirvieron para avivar el partido.
Alterno. El segundo tiempo, también mediocre y sin ocasiones, fue algo más movido y con dominio alterno. La presencia en el campo de Juergen Elitim, fichado este verano del Depor, un futbolista que entra por los ojos, sirvió para que el Racing tuviera más gusto por el balón y durante bastantes minutos hizo que se jugara en el campo carbayón.
El carrusel de cambios fue hombre por hombre en el Racing, mientras que Bolo probó a jugar con tres centrales. Un ensayo más.