Rabiot del castigo al éxito
El mediocentro es una de las claves de esta Francia
Didier Deschamps se enteró por un correo electrónico de que Rabiot no iba a estar en la lista de reservas que iban a entrenar para estar listos en caso de que algún jugador de la convocatoria principal se lesionara en el Mundial de 2018. El seleccionador, atónito, le envió un SMS que no recibió respuesta. Tenía 23 años en aquel entonces, mucha menos madurez que ahora y su juego ponía nervioso a los aficionados de la Vecchia Signora. Cuatro años después, Rabiot es uno de los pilares de la renovada selección de Deschamps. El centrocampista, de 27 años, fue uno de los mejores en la cómoda victoria por 3-1 ante Polonia, erigiéndose como un box-to-box y marcando la diferencia con su conducción de balón.
El canterano del PSG volvió a la selección en agosto de 2020 tras dos años de ausencia. Deschamps le indultó, consciente de que en 2018 fue un acto de inmadurez. Un año después, en la Eurocopa, Rabiot ya era titular en un rol similar al de Matuidi en 2018, es decir, jugando en banda y haciendo de interior cuando el equipo no terminaba jugaba. De hecho, llegó a jugar un partido como carrilero y el experimento fue un desastre. Deschamps le devolvió a su hábitat natural, el centro del campo.
Las lesiones de Pogba y Kanté le abrieron la oportunidad de disputar su primer Mundial como titular. Desde que comenzó el torneo, el doble pivote que ha formado con Tchouameni ha sido un rodillo. Ante Polonia, el jugador del mediocampo que fue sustituido fue el madridista. Rabiot tuvo una actuación imponente, colosal, inapelable. Acumuló un 86% de acierto en el pase, ganó tres de cinco duelos aéreos, tuvo un 100% de acierto en regates y, además, robó cuatro balones. Sus números, notables en todos los sentidos, le colocan como uno de los mejores mediocentros de lo que llevamos de Mundial. La Juventus, con quien está completando una gran temporada, y la selección francesa sonríen.
Rusia
En 2018 se negó a ser parte de la lista de reservas francesa