Ricky: “La lesión ha sido un montaña rusa”
El regreso del base está cada vez más próximo
El regreso a las pistas de Ricky Rubio está cerca. En las redes sociales ya circulan vídeos del base de El Masnou tirando a canasta antes de los partidos de Cleveland Cavaliers, que es uno de los mejores equipos de la Conferencia Este (15-9, tercero por detrás de los ogros, Celtics y Bucks) y que pronto tendrá en su rotación al español, que lleva apartado por lesión desde el 28 de diciembre de 2021, cuando sufrió una rotura del ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Estaba en un momento excelente: venía, en lo individual, de otro excelente verano con la Selección española. Y estaba ayudando mucho a los jóvenes y emergentes Cavs con
13,1 puntos, 4,1 rebotes y 6,6 asistencias por noche.
Vuelta. Ricky, que cumplió 32 años en octubre, sufrió una lesión similar en 2012, y su objetivo era recuperarse de forma óptima. Su situación es muy positiva en los Cavaliers, que tras el percance lo traspasaron a los Pacers para que apurara allí el contrato que cerraba en junio (tres años, 51 millones de dólares). Y acordaron después con él uno nuevo de otras tres temporadas y 18 millones. El objetivo es que ejerza de veterano en una rotación exterior en la que manda una dupla muy potente: el joven y emergente Darius Garland y el recién llegado Donovan Mitchell, uno de los mejores escoltas de la NBA.
“He encontrado mi sitio en Cleveland, estoy a gusto y quiero llegar con este proyecto a la cima”, dijo Ricky en su paso por el podcast El Reverso, donde reconoció que le gustaría jugar “una final de la NBA” y que sabe que su tiempo se está acabando en una Liga a la que llegó en 2011: “Cuando mi hijo empiece a estar en la escuela, me gustaría estar asentado en mi casa de Badalona. Dos o tres años diría que me quedan”. Por ahora, tiene contrato hasta 2025 con la franquicia de Ohio, que ha dejado claro que no forzará para acelerar su regreso: “No hay fecha específica, sigue dando los pasos adecuados”, dijo hace unos días su entrenador, JB Bickerstaff.
“Esta lesión ha sido una montaña rusa, con muchas emociones, desde ganas, emoción, miedo, intriga… pero la que sobresale es la ilusión”, explicó sobre su proceso de recuperación un Ricky que reconoció que ha habido momentos muy difíciles: “Me acuerdo de un día, cuando llegué a El Masnou a las dos semanas de operarme. Estaba con muletas y no sabía bajar las escaleras de mi casa. Eran las 5 de la mañana, con el jet lag… y empecé a llorar. Entonces mi mujer me abrazó y con eso fue suficiente, supe que iba a ser muy duro, pero que la iba a tener siempre a mi lado. Y eso me ha ayudado muchísimo en los momentos más duros”.