Honda no supo entender la moto
El comportamiento irregular del prototipo de 2022 desconcertó a los pilotos y al equipo
Si retrocediésemos en el tiempo, sería imposible encontrar un paralelismo entre la Honda que arrasó en los test de la pretemporada 2022 y la Honda que compitió durante el resto del curso. En el comienzo se señaló a una posición antinatural de Márquez sobre la moto, por culpa de una rotación en su húmero derecho, como causa de un rendimiento inferior al del invierno. Pero los resultados reflejan cómo los problemas de la marca japonesa no residían únicamente en la lesión de un piloto.
La Honda era “tan diferente a la de los años anteriores” que para Márquez era “casi como si hubiera cambiado de fabricante”. El prototipo de la RC213V creció a lo largo, cambió la distribución de pesos y renunció a su seña de identidad a través de una pérdida de potencia que, a priori, servía para equilibrar una moto que en pretemporada fue “increíble”. La montura japonesa dominó a una vuelta y también en ritmo de carrera durante los test, las sensaciones convencieron a todos los miembros del equipo “salvo por algunos pequeños problemas en la parte delantera”, que pasaron de ser insignificantes a terminar relegando a la estructura más laureada del Mundial hacia una posición nada habitual. Esta temporada la firma japonesa ha sido la única que se ha quedado sin ganar, aunque estos registros también coinciden con la ausencia parcial de su figura más dominante, Márquez.
Con los números en la mano, la RC213V de 2022 era un prototipo más competitivo que su antecesor y ese hecho se ha reafirmado durante la temporada. La Honda ha ganado en tiempo por vuelta y eso fue lo que sintió Marc en las pruebas de Malasia, escenario en el que comparó la moto actual con la de 2021 para decantarse por la opción más novedosa. ¿De dónde parten los problemas? De la irregularidad de una montura que es difícil predecir cómo se comportará de una pista a otra. Márquez señala “al carácter de la moto”. “Ha cambiado mucho y para mi estilo es peor, me siento más incómodo”, añade. Pero no ha sido el único dentro de una marca que ha perdido a su hermano Álex, rumbo a Ducati, y Pol, de vuelta a KTM.
Para Márquez, el camino a seguir es aquel que les lleve a “encontrar una moto que durante un campeonato pueda ser consistente en todas las pistas como lo ha hecho Ducati”. En la fábrica ya se han puesto manos a la obra bajo las directrices de un piloto que ha dejado claro su deseo: “Quiero una moto ganadora”. Y a pesar de que son muchos los que han acusado a la marca del ala dorada de desarrollar una montura con la que únicamente Marc ha sido capaz de ser competitivo, es el propio ilerdense quien no quiere dar un paso atrás para recuperar esas motos que tenían entre su ramillete de virtudes el agarre en la zona delantera.
El octocampeón está dispuesto a recibir una moto que fusione las fortalezas del prototipo que desarrollaron para 2022, junto a la comodidad que sentía en los modelos anteriores. Pero todo no pasa por ese mencionado tren delantero: “Tal vez una moto al ‘estilo Márquez’, el estilo más antiguo, no me funcionaría bien ahora. Antes las motos era muy bajas y cortas, ahora se están volviendo grandes y altas”. Marc es consciente de que el campeonato evoluciona y de que es necesario que también lo haga el piloto.
El objetivo es volver a pelear por el Mundial y recuperar su dominio en MotoGP. Eso quiere decir que con una moto competitiva Márquez también debe serlo, y no parece que le resulte complicando tras haber demostrado cómo, con esta Honda, ha sido capaz de volver a brillar y estar por encima de la moto. En la fábrica solo queda trazar el camino para volver a la cima y desarrollar la máquina de 2023, de cara a un invierno donde el de Cervera ya le ha escrito su carta a los Reyes: agarre y estabilidad como punto de partida.
Objetivo
El agarre y la estabilidad son el punto de partida de la recuperación
Márquez
“Mi antiguo estilo no funcionaría porque las motos son diferentes”