España se derrumbó en los penaltis
¡Cómo es el fútbol! Luis Enrique sacó a Sarabia para los penaltis, faltó poco para que no los hubiera porque él mismo rozó el gol en el último instante (literalmente, porque el balón salió lamiendo el poste) y llegados a la tanda, falló el primero, trazando la deriva posterior del equipo. Me parece que fue Kiko el que en Carrusel expresó el temor de que un jugador tan en frío se viera de golpe ante tamaña responsabilidad. De ahí en adelante todos tiraron inseguros y mal, fueron presa fácil para Bono, un portero espléndido. Unai Simón paró el tercero, hizo lo suyo, abrió una puerta a la reacción, pero no había nada que hacer. Fue una tanda de penaltis desastrosa, casi al nivel de aquella del Barça ante el Steaua.
Lástima. Los muchachos se vaciaron, llevaron el peso del partido ante una Marruecos que jugó en plan Cholo Simeone, a esperar y a ver si podía cazar algo en sus salidas rápidas. Decía Luis Enrique que España había dominado y desde el punto de vista de la ocupación del campo enemigo y de la posesión tenía razón, pero no podemos afirmar que allí se estuviera jugando a lo que quería España, sino más bien a lo que quería Marruecos. Pero así son las cosas con frecuencia, un equipo que se tiene por inferior se encierra y el otro se siente obligado a ir una y otra vez contra el muro en busca de rendijas. Esta vez no aparecieron, faltó lucidez, precisión, velocidad en el pase, aquello que vimos ante Costa Rica.
Claro, que Marruecos es mejor. Coriáceo atrás, con el peligro sordo que se desprende de su velocidad en los contraataques. Y España tiene los jugadores que tiene. El seleccionador, ínfulas y antipatías aparte, ha hecho un equipo que no está por debajo del nivel de las individualidades que lo forman. Pudo haber alguna elección distinta, pero los casos a reclamar son pocos y no muy graves. Lo que hay da más o menos para esto, para un equipo llamado a alcanzar el nivel de cuartos, pero que cayó en octavos porque Marruecos es un hueso y no supo roerlo. En las tandas tiene ventaja el que tira primero y el que más contento está de haber llegado a ellas. Y si encima el otro se derrumba…
Lo que hay da más o menos para esto, para un equipo llamado a alcanzar el nivel de cuartos”