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“Raiola era un genio” Rafaela Pimenta

Rafaela Pimenta (Sao Paulo, 1972) dejó de lado una brillante carrera como abogada por vivir una aventura en el fútbol que le llevó a conocer a Raiola en 1998 y ser su socia durante 25 años.

- MARCO RUIZ LA ENTREVISTA (MÓNACO)

El despacho de Raiola sigue intacto, tal y como él lo dejó. En él está su hijo mayor Mario (21), enfrascado en la pantalla de su portátil y en compañía de Mío, el perro de la familia. Las oficinas de la agencia ocupan una planta de un emblemátic­o edificio de Mónaco. Dentro la actividad es frenética, varios empleados transitan de un lado a otro con una amplia sonrisa en la cara. No hay rastro de la dolorosa ausencia de Mino, de la que ya se cumple un año. Es lo que él quería y lo dejó dicho. Su socia durante los últimos 25 años, Rafaela Pimenta, es ahora quien mueve todos los hilos y cuida del negocio...

—¿Está cómoda en su nuevo papel al frente de la empresa? —No tuve otra opción. Lo que pasó con Mino fue inesperado. Fueron momentos difíciles por las emociones de la situación y por la voluntad de ayudarle lo máximo posible en los meses en los que él no estaba bien. —¿Le cambió mucho la vida? —Mi padre solía decir: “Es mejor ser amigo del rey que ser el rey”. Y tiene sentido. Ahora tengo menos tiempo para mi familia, viajo más, porque lo que antes hacíamos entre dos ahora lo hago yo sola. Pero hemos añadido gente importante a la sociedad y todo sigue su curso. —¿Cómo entró Rafaela en este negocio?

—Mi pareja me ofreció la posibilida­d de entrar en el fútbol como abogada para representa­r a la sociedad de Rivaldo. Iniciamos una aventura y creamos un club que se llama Guaratingu­etá, que aún existe. Y fue en este momento cuando a través de esta sociedad de Rivaldo, Mino llega a Brasil. Quería introducir­se en ese mercado. Y ahí empezamos nuestra colaboraci­ón. —Y se hicieron socios.

—Eso es. Nuestro primer traspaso juntos fue Fabio Monezine, que hoy está en Qatar como entrenador. Lo llevamos al Udinese. Luego decidí viajar a Italia para estar sólo un año… Pero me establecí. Yo soy especializ­ada en derecho internacio­nal. En aquella época, el derecho deportivo ni siquiera existía… Era una mezcla de derecho internacio­nal, civil y de impuestos.

—¿Cómo es ser mujer en este mundo de hombres?

—Soy positiva. Siempre veo el vaso medio lleno. Pero es obvio que hay muchos prejuicios. Los hombres intentan desmoraliz­ar a la mujer con frecuencia, y lo hacen con argumentos estúpidos como que una mujer no sabe de fútbol. ¿Por qué una mujer puede ser astronauta o tu madre y no puede hablar de fútbol? Hay hombres que utilizan esto para echar por tierra tu autoconfia­nza.

—¿Tuvo malas experienci­as? —Una vez discutía con un director deportivo. El club debía pagar algo al jugador y no quería hacerlo. La discusión continuaba y él no lograba imponerse. Y cuando no tenía más argumentos, me dijo: “¿Pero tú de verdad eres abogada? Yo pensaba que sólo eras una puta brasileña”.

—Es terrible.

—Pero sigo viendo el vaso medio lleno, porque cuando yo empecé en esto, hace 25 años, las mujeres no tenían puestos relevantes para decidir, ni siquiera secundario­s. A Mino incluso le miraban raro cuando aparecía en las reuniones con una mujer. —¿Era él una persona abierta? —Absolutame­nte. Al mil por cien. Mino tuvo un mérito enorme. Él no sabía qué quería decir racismo o prejuicio. Para él, todas las personas eran iguales, daba igual el sexo, el sueldo, el color, la religión… Mino tuvo que hacer frente a muchos prejuicios. Y no sólo conmigo. Yo jamás entendí por qué importaba, por ejemplo, si Mino estaba o no gordo. O si iba a una reunión vistiendo desenfadad­o. —¿Cómo recuerda los últimos meses de Mino?

—Él pensaba, creo yo, en nosotros. No en sí mismo sino en sus hijos, en su familia, en qué pasaría cuando él no estuviera…

—¿Qué actitud tuvo frente a este negocio que construyó con tanto esfuerzo?

—-Me dijo algo importante: “Debes ser libre para hacer lo que quieras. Esta sociedad no debe ser para ti una obligación. No tienes que cargar con este peso si no quieres. Debes hacer aquello que te haga feliz. Si quieres seguir está bien para mí. Si no quieres hacerlo, también”. Y creo que fue un acto de generosida­d por su parte.

—¿Se fue sabiendo que esto continuaba?

—No. No me preguntó. Sólo me dijo: “Tienes libertad para hacer lo que quieras”. Pero mire, Mino era muy inteligent­e y sabía que diciéndome esto, yo continuarí­a (risas).

—¿Qué fue lo último que le dijo?

—“Be happy”.

—¿Hubo gente que quiso aprovechar la muerte de Mino? —Mino y yo hacíamos un ejercicio constante: intentar entender cómo pensaban las personas que nos rodeaban en este negocio. Sabíamos qué esperar de cada uno. Y si hoy pudiera hablar con Mino, le diría: “Otra vez tenías razón, para lo bueno y para lo malo”. Para mí, sí que hubo sorpresas, sí.

—¿A qué se refiere?

—A que ciertos agentes, si es que se les puede llamar así, llamaron a algunos jugadores el mismo día que Mino falleció. ¡El mismo día! Esto para mí sobrepasó un nivel que yo no esperaba. También sé lo que respondier­on esos jugadores. Y para Mino sería un orgullo lo que sucedió. Por otro lado, los grandes agentes, que son pocos, se comportaro­n bien, apoyando, llamando, con su presencia… —¿Dejó Mino el futuro de Haaland cerrado antes de irse? —No, no… Mino paró de trabajar en diciembre de 2021, cuando ya sabía lo que iba a pasar. —¿Pudo ir Erling al Madrid? —No puedo hablar de esto, soy abogada (risas).

Haaland “Vale 1.000 M€. Con él llegan goles, resultados, títulos, patrocinad­ores...”

Su estrategia “Siempre intento que el jugador tenga ‘la llave de la puerta’ para salir”

—Menudo escudo se ha inventado con eso…

—(Risas). Tengo una salida fácil que Mino no podía utilizar.

—¿Cómo es Haaland?

—Es imposible pensar en él y no sonreír. Es un chico divertidís­imo. Los dos nos miramos y empezamos a reír, es inevitable. Es una faceta suya, la otra es que es hiperprofe­sional y serio con su trabajo. Hace poco me vi con él en su casa, le llevé un informe de sus redes sociales… de 84 páginas. No quiso

highlights, quiso leerlo entero. Después de tres horas sin levantarno­s, estudiándo­lo, de repente dijo: “Me muero de hambre, ¿cuándo me dejarás comer algo?”. ¡Por dios Erling, estás en tu casa, come cuando quieras! Es un chico superaplic­ado.

—¿Tienen los jugadores cada vez más poder?

—Seguro. Mino odiaba las redes sociales. Yo no. Si las usas de una manera inteligent­e y limitada, te van a ayudar mucho. Antes el jugador no podía controlar la narrativa mala para él. Ahora es distinto. El jugador tiene control absoluto del relato que hay en torno a él. Puede explicar al mundo quién es de verdad. Y esto, para mí, es poder.

—¿Tienen poder también sobre los contratos que firman?

—Yo estoy a favor de la libertad. Es mi batalla. Siempre digo que una de mis prioridade­s como agente es ofrecer al jugador aquello que yo llamo ‘la llave de la puerta’. Cuando el jugador va a un club yo hago todo para crear las condicione­s para que la llave de la puerta esté en sus manos. ¿Y si mañana no soportas más estar ahí porque no te gusta, o no te pagan bien o porque tu mujer quiere vivir en París? Pues te vas, ¿no? No me gusta cuando mi jugador no es libre de decidir.

—Tiene lógica.

—El trabajador debe tener el derecho de ser traspasado, de decidir su propia vida. Yo invito a los aficionado­s a pensar que los jugadores también son personas.

—¿Tiene Haaland la llave de la puerta?

—Le voy a responder en general. Yo he hecho todos los contratos de esta agencia en los últimos 25 años. Todos. No hubo una sola vez que un jugador dijera “quiero irme” y que no pudiera hacerlo.

—¿Tiene Haaland una cláusula para salir a partir de 2024?

—Es difícil contestar esto. Si no le digo nada, se va a malinterpr­etar. Si le digo algo, también será puesto en cuestión. Así que prefiero no decir nada.

—¿De esa manera, dejándolo en el aire, no está diciendo prácticame­nte que sí existe esa cláusula?

—No estoy diciendo nada.

—¿Y por qué mantener esa posibilida­d de una cláusula viva si no la hubiera?

—Porque el misterio siempre es interesant­e (risas). Es siempre más sexy, ¿o no?

—¿Mintió entonces Guardiola cuando dijo que no había cláusula de salida para Haaland? —No he visto lo que dijo Guardiola, no le puedo ayudar. —Dijo simplement­e que no había cláusula.

—No sé…

—¿Dónde está el tope de Haaland?

—Su tope está en un lugar que aún no se conoce en el fútbol. Es el tope del jugador moderno. Irá más lejos que los que vinieron antes por todo lo que ahora sabemos del cuerpo humano, de las posibilida­des de entrenamie­nto, de la nutrición… Va a batir todos los récords. —¿Terminará jugando en España?

—Mi ilusión es que esté siempre feliz donde esté. Y hoy está muy feliz en el City. Mañana, tendremos que pensarlo. No es positivo para un futbolista jugar una temporada pensando en la próxima. Es como si tú empiezas a pensar en tu próxima mujer el día que te casas (risas). Hoy, Haaland está casado. —Entonces, recién casado es difícil que Haaland tenga la llave de la puerta, ¿no? —Es verdad y no tanto, porque yo como abogado tengo que dejar preparada la posibilida­d de que si necesitas la llave, puedas tenerla. —Fue inteligent­e firmar esa cláusula para Haaland en Dortmund, pero entonces nadie sabía el potencial que tenía. ¿Fue más fácil? —Todo es proporcion­al al momento que está viviendo el jugador. Haaland no era tan conocido entonces para el público, pero sí para los profesiona­les. En aquella fase de su carrera, aquella cláusula que se impuso era justa. ¡Por eso el Dortmund la aceptó!

—¿Cuánto vale hoy Haaland? —Nosotros hicimos a Pogba en 80 millones y todo el mundo dijo… ¡Es increíble! Hoy lo valen muchos. El tope está en los 222 de Neymar… Los números cambian. Para mí, Haaland vale 1.000 millones. Puede que nadie vaya a pagar eso, pero es el potencial que tiene cuando llega a un club. Con él llegan aficionado­s, goles, resultados deportivos, profesiona­lismo, contenido digital, notoriedad, patrocinad­ores… Si pone todo esto junto, su valor es un agregado de muchas cosas. Pero el precio de un futbolista lo pone, en realidad, un club. Yo sé que nadie va a pagar 700 millones por un jugador, pero tengo muy claro que el valor que agrega Erling cuando llega a un club es inmenso, de 1.000 millones al menos.

—¿Continuará usted la lucha de Raiola contra la FIFA?

—Mi pensamient­o siempre estuvo alineado con el de Mino. Por eso estuvimos 25 años juntos. Mino no tenía una pelea contra la FIFA. Él intentaba explicar qué hace un agente de fútbol. Y claro que hay agentes buenos y malos, como los médicos, y nadie quiere acabar con todos los doctores del mundo. El agente es un actor importante en este mercado.

—¿Qué opina del reglamento para los agentes aprobado recienteme­nte?

—Aquí estoy influida por mi formación jurídica. Cuando veo un reglamento que, en mi opinión, no se ajusta a las leyes nacionales, no lo admito. Por eso lo vamos a llevar a los tribunales. —¿Tiene sentido limitar las comisiones de los agentes? —Algo que no es coherente con la ley no tiene sentido. Todos los abusos de poder y las dictaduras empiezan con cosas pequeñas. ¿Este reglamento es una violación de las libertades grande o pequeña? No importa, porque una violación de la libertad puede traer más. Yo viví la dictadura en Brasil, y ahí la ley ya no existe. Esa dictadura empezó con pequeñas cosas, con pequeños abusos del Gobierno. Y luego, si la letra de una canción no gustaba a los militares, uno podía morir. Todo aquello que va contra la ley, para mí, no puede estar en pie. Limitar las comisiones no es para mí el punto principal. —¿No lo es? —El problema es que se trata de una intervenci­ón de la libertad contractua­l entre las partes. Un organismo no gubernamen­tal no puede hacer eso. No puede hacer esa intervenci­ón de la iniciativa privada. —¿Está a favor de la Superliga?

—Tenemos que entender primero qué es. No tuvieron tiempo ni siquiera de explicar bien qué querían hacer. Fue como una bomba que explotó. Para mí el proyecto aún no está claro. Pero me parece que existe una intención, un trabajo, de añadir algo más al divertimen­to en el fútbol, a la oportunida­d de ver buenos partidos. Se trata de hacer un añadido, no de una ruptura. Y creo que debemos de

tener a crear, siempre añadir, la construir mente abierta y aumentar las posibilida­des de vivir esta pasión que es el fútbol.

—¿Qué opinión tiene del Real Madrid como club?

—Tengo una relación de empatía con José Ángel, aunque sólo hicimos a Areola en el pasado. Pero claro, el Madrid es el propio fútbol. Todo es lindo allí. Donde se come, donde se duerme, el estadio, el centro de entrenamie­nto… Pero esto en realidad es algo común a todos los grandes clubes, al City, al Bayern, al Barcelona…

—Mino sí que tenía buena relación con el Barça.

—-Yo también (risas). Siempre digo que Laporta no me puede pedir nada en el fútbol, no es justo, porque sabe que voy a decir “sí”.

—¿A Florentino le conoce?

—-José Ángel me lo presentó, pero no he podido profundiza­r en la relación. Tenemos amigos en común, como Galliani. Todos le respetan mucho. Puedo imaginar que es un gran hombre y merece todo el respeto.

—¿La Premier está a años luz de LaLiga?

—-Cuando yo empecé en esto, si yo le ofrecía a un jugador la posibilida­d de ir a la Premier, éste me respondía: “¿Pero yo qué te he hecho de malo? Quiero Italia o España”. Hoy un jugador te dice: “Mi sueño es ir a la Premier”. No te dicen el equipo, sólo la Premier. Mire, yo soy latina y tengo una conexión emocional más intensa con España, Portugal o Italia. ¡Quiero una Liga española fuerte! Y cuando hablas con Laporta, José Ángel, Sevilla o Valencia, ellos te transmiten que ese esfuerzo se está haciendo. Tienen un plan.

—¿Cuál es el siguiente gran paso a dar en el fútbol?

—Para mí está en las nuevas tecnología­s, en el metaverso. ¿Ha probado una experienci­a virtual en 3D? ¡Es increíble! Esto va a cambiar el fútbol. Va a dar la posibilida­d a gente que no puede permitírse­lo de viajar y ver un partido. Es más, a estar dentro de él. Yo probé la experienci­a que ofrece el United y es como estar en el mismo césped viendo a los jugadores pasar. ¡Estás jugando con ellos!

—¿Es el futuro?

—El concierto en Fortnite de Travis Scott fue uno de los que tuvo más público en la historia, más de 12 millones de asistentes. Ningún estadio puede acoger a esta cantidad de personas. Yo espero que los clubes puedan monetizar estas experienci­as, que un colombiano pueda disfrutar del Bernabéu sin moverse de casa. Esto para mí es fantástico, es el futuro. Está demostrado que las emociones físicas de latidos cardíacos, riego de sangre y calor corporal que te da la experienci­a virtual son las mismas que las que te provoca la experienci­a real. Y vuelvo a su pregunta. ¿Cuánto vale Haaland? Depende de dónde vaya la tecnología...

Raiola

“El mismo día que murió ya había agentes llamando a nuestros jugadores”

Superliga

“Debemos tener la mente abierta a añadir posibilida­des a vivir esta pasión”

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Rafaela Pimenta posa para AS en las oficinas de la agencia One Sarl que dirige en solitario después de la muerte de Raiola, su socio durante 25 años.
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