Camiño a la tormenta
Los ciclistas paran a 20 km de la meta por una intensa nevada ● El jurado cancela la etapa
Frío, lluvia, 2.500 metros de desnivel acumulado con constante sube y baja. Territorio comanche en un día de perros. Un estreno de la segunda edición de O Gran Camiño de lo más exigente para los corredores, que luchaban contra los elementos y las bajísimas temperaturas dejando imágenes propias de otra época: se golpeaban los muslos para entrar en calor, movían las manos sin parar, se les desencajaba el rostro... La nieve arreció, y cuando la épica asomaba todo se detuvo. Los ciclistas se bajaron de la bicicleta a 20 km de meta y los jueces decidieron suspender la etapa a los pocos minutos. Tras casi dos horas de deliberación, éstos confirmaron que los tiempos se anulaban, aunque sí se tendrán en cuenta las bonificaciones cuando finalice la etapa de hoy. El debut en la temporada de la flamante estrella de la carrera, Jonas Vingegaard, no pudo ser más peculiar.
La nieve le dio una bienvenida a los corredores de todo menos calurosa, con una sensación térmica inferior a los 0º. Durante la presentación de equipos, Ion Izagirre cayó al suelo, prácticamente en parado, por un pequeño despiste cuando se dirigía a la zona de salida. Por suerte, mera anécdota. La carrera arrancó frenética, con numerosas avanzadillas que fueron sofocadas por el pelotón. Y a la llegada del primer esprint intermedio, Vingegaard despejó dudas sobre sus intenciones: aceleración y los primeros 3 segundos de bonificación a su bolsillo.
La escapada se consolidó con más de 40 km completados y la presencia de Gianni Moscon, Eric Fagundez, Joey Rosskopf, Alexander Konychev, Sebastian Schönberger, Francesco Gavazzi, Dean Harvey, Venceslau Fernandes y García Soriano. Su máxima diferencia se estabilizó ligeramente por debajo de los 3 minutos, gracias al trabajo combinado de Jumbo-Visma y Movistar en cabeza de pelotón a lo largo de una jornada en la que los ciclistas extremaron precauciones.
Quedaba por ver, tras muchas dudas, si la ascensión al Alto de Montán podría completarse. Por desgracia, la incertidumbre no llegó a ese punto. En la aproximación al puerto, la nieve empezó a caer y creció en intensidad a cada segundo. Incluso llegó a cuajar sobre los propios corredores, mientras una máquina quitanieves trataba de abrir paso por delante. Unas condiciones extremas por las que, tras muchos minutos de sufrimiento, los ciclistas decidieron detenerse finalmente. Hubo consenso generalizado, aunque también confusión ya que Moscon, Schönberger y Hernaiz, últimos supervivientes de la fuga, tiraron hacia delante hasta que les mandaron parar. En ese momento, paradojas del destino, comenzó a salir el sol que ya lucía previamente en la línea de meta. “Parar fue la única decisión correcta. Los corredores estaban hipotérmicos. Nos sorprendió completamente la temperatura, el frío y la humedad. Fue una decisión difícil, pero ni un solo ciclista o equipo estuvo en desacuerdo”, explicó Frans Maasen, el director del Jumbo-Visma, al término de una etapa que pasará a la historia de la prueba.
Vingegaard
El danés bonificó 3 segundos que desde hoy tendrán validez