El nuevo Casemiro
Es el cuarto partido que juega como titular consecutivo tras Elche, Osasuna y Anfield ● Lleva ocho encuentros sin ver una amarilla
Hay dos Camavingas. Uno antes del Mundial y otro después. Antes de la cita de Qatar, el ex del Rennes sólo había sido titular en 7 de 21 partidos jugados (el 33%). Tras el Mundial, en cambio, ha jugado de inicio 13 de 15 (el 86%). El francés ha cambiado de un plumazo su estatus, y lo ha hecho aprovechando la puerta que se le abrió en el Mundial para jugar de lateral zurdo. Deschamps lo utilizó en esa demarcación y recordó a Ancelotti que en realidad fue él quien vio primero que el francés podía actuar ahí con solvencia. Fue en septiembre de 2001 ante el Sheriff. Camavinga, de 20 años, nunca pensó que ese detalle pudiera ser tan importe para su futuro en el Madrid.
Jugando de lateral ha sabido ser paciente, tapar el hueco que había en la izquierda y luego aprovechar las lesiones de Tchouameni para, se podría decir, quitarle el puesto. Camavinga ha jugado los últimos diez partidos como titular en el Madrid y los últimos tres han sido ya en la posición de pivote defensivo, todos con muy buen resultado: Elche (4-0), Osasuna (0-2) y Anfield (2-5). “Jugando más atrás, con más visión del campo, mejora”, llegó a conceder Ancelotti, que también es consciente de que debe pasar mucho más tiempo para que el francés termine afianzándose en esa posición en la que no se pueden cometer errores con el balón. En el derbi jugará su cuarto partido seguido de inicio en el puesto, junto con el de Anfield, cita de altos vuelos.
Camavinga no esconde que prefiere jugar en la media. “Es evidente, el Madrid me fichó para eso”. Aunque no abandona el discurso obligatorio en estos casos: “Pero estoy aquí para ayudar al equipo. Jugaré donde me pida el míster”. En realidad, son tres las posiciones factibles para él. La de pivote defensivo (a lo Casemiro), la de interior (a lo Modric o Kroos) o la de lateral izquierdo. Desde que llegó al Madrid ha disputado 42 partidos como interior (dos goles, dos asistencias), 26 como pivote (una asistencia), y cinco en el lateral izquierdo.
Las tarjetas. También hay dos Camavingas en otra faceta. El que era incapaz de contenerse en el campo y veía amarillas con facilidad y el que, por el contrario, sabe gestionar los partidos. El francés lleva ocho encuentros seguidos sin ver tarjeta.
Algo infrecuente en él, pues había salido amonestado en cinco de los seis anteriores partidos a esa secuencia sin serlo. Tanto, que era protagonista de un doloroso récord. Ancelotti se vio obligado a sustituirle siete veces en el descanso (habiendo sido titular) porque estaba amonestado y había riesgo evidente de expulsión.
“Creo que ese ímpetu es una cualidad. Intenta cortar pases y a veces llega tarde. Pero no nos preocupa. El ímpetu lo debe tener, aunque a veces le toque recibir una amarilla”, intentaba trivializar Ancelotti. Sin embargo, de puertas para adentro, del mismo modo que se ha trabajado la definición de Vinicius con muy buen resultado, también se ha pulido la actitud de Eduardo en los partidos. Y ha funcionado.
Imparable
Titular en 13 de los 15 partidos del Madrid tras el Mundial (el 86%)