La niña prodigio que soñaba con jugar de blanco
Linda, descubierta con cinco años
En el pequeño centro urbano de Villagorgona, en Candelaria, a 19 kilómetros de Cali, Linda Lizeth Caicedo Alegría (2005) empezó a mostrar su talento. Era algo innato. Su pasión por el balón y su habilidad fueron descubiertos en el colegio con cinco años. “En el recreo, jugaba por todos lados y vieron ese talento”, explicó su padre, Mauro. No dudaron en apoyar el sueño de su hija y encontraron un equipo: el Juanchito, aunque fuera con niños. No importó y, como ha hecho toda su vida, destacó.
Mauro reconoció que Linda tenía algo especial: “Nació con eso. Desde niña siempre pidió un balón, unas botas, nunca quiso una muñeca”. Empezaron los viajes a Cali para jugar en el Atlas, donde su fundadora, Carolina Pinedo, le vio algo especial. Carolina era jugadora del América de Cali y, sabiendo que tenía un diamante, convenció a Marcela Gómez, presidenta del equipo, para que le diera una oportunidad. Fue un 15 de julio de 2019 cuando debutó. En el minuto 74 saltó al campo contra el Cortuluá. Y no tardó en demostrar su magia. Una jugada maradoniana y su primer gol que daba la victoria a su equipo. “Ver jugar a Linda es ver a Neymar en versión femenina. Tiene la capacidad de acelerar sobre la aceleración”, decía Carolina. De ahí, al estrellato.
Lo primero que se le ve a Linda es su imponente sonrisa. “Siempre ha sido alegre”, dijo Herlinda, su madre, y explicó: “Siempre me ha dicho: Mamá, yo lo que quiero es ser grande en el fútbol. Me dice que todo lo hará con mucho sacrificio”. Ahora Linda inicia un nuevo sueño en el Real Madrid. Su equipo de niña. Con su camiseta blanca salía a la calle soñando ser Cristiano, Benzema o James. Caicedo ha demostrado que, con sólo 18 años, es una veterana. Y en su mente sólo existe una cosa: el fútbol.
Su padre “Quería un balón y botas, no una muñeca”