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Una Copa con cicatrices

Madrid y Barça buscan un rearme anímico en el tercer Clásico del curso ● Los blancos, con Camavinga y Modric ● Los culés, con el ataque remendado

- LUIS NIETO

En el fútbol español los ciclos cambian más que el clima. Hace cuatro meses y medio el Madrid ganaba el Clásico liguero del Bernabéu (3-1) y ponía bajo sospecha el plan renacentis­ta de Xavi. A mediados de enero era el Barça quien arrollaba al Madrid en la Supercopa, le alejaba mucho en LaLiga y dejaba a la intemperie el segundo proyecto de Ancelotti. Hoy se ven por tercera vez esta temporada, en la Copa, sin que se sepa de dónde viene el viento. El Barça, que presumía de haber pasado tres meses sin perder un partido, cayó dos veces en cuatro días y mira con extrema preocupaci­ón su parte de bajas. El Madrid, que vivía en tinieblas, resucitó estruendos­amente en Anfield y recayó de nuevo en el derbi del sábado.

El estado de felicidad del Barça ha ido empañándos­e desde la lesión de Pedri, autor de ocho goles, seis de ellos en la Liga que valieron diez puntos. Antes ya había perdido a Dembélé, el alborotado­r de su ataque (ocho tantos, siete asistencia­s). Y la derrota de Almería también se llevó por delante a Lewandowsk­i. El polaco había ido a menos tras el Mundial. Antes de la cita sumaba 18 goles en 19 partidos.

Después, ocho tantos en siete encuentros. Pero, como en el caso de Benzema, no tiene relevo claro en la plantilla. Lo más parecido es Ansu, que sale de su enésima lesión y ha perdido parte de su encanto. Tendrá minutos, aunque de salida Ferran liderará el ataque de un Barça que tirará de lo que se reservó en Almería de salida: Raphina, Koundé y Araújo, todos con fatiga muscular.

Xavi pretende compensar en defensa lo que ha perdido en ataque. Especialme­nte con Araújo. De los cinco partidos en que el técnico se ha enfrentado al Madrid, incluido el amistoso en Estados Unidos, ganó tres de cuatro con el uruguayo, y tres de las seis derrotas del Barça en el curso llegaron sin él en el once inicial. Ha sido hasta ahora infalible en la vigilancia de Vinicius como lateral, puesto al que se aclimata con facilidad. Esa capacidad de adaptación le viene desde la infancia. Fue delantero hasta los 17 años, empezó como mediocentr­o en el fútbol profesiona­l, el Barça lo fichó ya como central y es capaz de jugar de ariete en situacione­s desesperad­as como la de Almería, donde estuvo al borde del gol en dos remates de cabeza.

Fue Ramón Planes quien cerró su fichaje cuando andaba en Boston River tras recibir el consejo de Sergio Cabrera, padre del espanyolis­ta Leandro Cabrera y su entrenador en Rentistas y en el propio Boston River: “Empezó de mediocentr­o y jugando en Quinta le habían echado ya tres veces. Jugaba contra hombres y estaba acostumbra­do a ir fuerte. Ya entonces se veía un potencial enorme. Tenía dedicación, ganas de aprender…”. También Ramón Martínez, director de cantera del Madrid, se interesó en él, pero llegó tarde. Hoy será el vigilante de Vinicius.

El brasileño suma ya 18 goles, cinco de ellos en los últimos cinco partidos, y nueve asistencia­s. Solo vio afectado su rendimient­o en algunas salidas ligueras cuando el público y los adversario­s le sacaron de los encuentros por la vía emocional. Es la gran baza del Madrid ahora que Benzema anda un escalón por debajo de su nivel. No en cifras goleadoras (12 tantos en sus últimos 13 partidos) pero sí en sensacione­s. Ha jugado 43 veces contra el Barça y le ha hecho 13 goles, dos de ellos en los dos partidos de esta temporada. El plan B es Rodrygo, recuperado de su lesión, y el C, Álvaro Rodríguez, que en 38 minutos, con una asistencia y un gol, ha pasado a ser una buena alternativ­a.

Las alineacion­es guardan algunas incógnitas. El Barça tendrá su defensa de cabecera, con Balde, y su mejor centro del campo, a falta de Pedri. Arriba, el probable acompañant­e de Raphinha será Ferran, en un once con cuatro centrocamp­istas, con alguna opción para Ansu. También el Madrid alineará jugadores que se guardó en el derbi. Parecen seguros Camavinga y Modric junto a Kroos y Valverde, este en la derecha. Y donde acaba todo, en las porterías, la cosa empieza en empate, aunque con mejores registros para Ter Stegen que para Courtois.

El Barça resulta menos previsible que el Madrid porque tiene dos caras. La de la Liga es impecable: 59 puntos, 21 más que el año pasado a estas alturas, y solo ocho goles encajados. La de Europa es alarmante: solo dos victorias (ante el Viktoria Plzen) en ocho partidos, con 16 tantos en contra. El equipo de Ancelotti solo lleva un punto menos en Liga que el año pasado a estas alturas, tiene los cuartos de Champions a tiro y ha avanzado una ronda más en Copa, pero el crecimient­o del Barça, con ocho fichajes (158 millones) el pasado verano, empequeñec­e sus logros. Es cierto que no ha perdido en el Bernabéu, aunque se ha dejado ya cuatro empates en Liga. También ha mejorado ante el Barça en casa, con tres victorias en los últimos cuatro duelos. Sin embargo, nunca le ha cogido el gusto a la Copa. Solo ha ganado dos en este siglo, por siete del Barça en el mismo periodo, pero en ambas tumbó a los azulgranas en la final. Como cada vez que se encuentran, no es una Copa cualquiera.

Novedades Rodrygo y Ansu se recuperan a tiempo y estarán en el duelo

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Los jugadores del Real Madrid realizan un ejercicio durante el entrenamie­nto de ayer celebrado en Valdebebas.
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