Un príncipe en la casa del
Jon Rahm defiende el uno en Bay Hill, hogar de Arnold Palmer
En el mapa del golf, Bay Hill no es cualquier lugar. Bay Hill es la casa de Arnold Palmer, el Rey. Parada obligatoria para los mejores del mundo cuando el PGA Tour llega a Florida para rendir homenaje a un golfista que figuraría en un hipotético Monte Rushmore del golf, cuatro veces campeón en Augusta, dos en el British y una en el US Open. Otra cita especial, antesala de The Players, el ‘quinto grande’ que anuncia la temporada alta de este deporte, la espita que abre el camino a los majors.
Ahora que la racha triunfal de Jon Rahm (tres victorias en sus cinco salidas este año) se mide en términos ‘tigerianos’ conviene recordar que nadie ha honrado tanto como el Tigre, al que se volverá a echar de menos esta semana, la memoria de Arnie, fallecido en 2016. Woods ha ganado el torneo ocho veces, cuatro consecutivas entre el 2000 y el 2003 y otras cuatro entre 2008 y 2013. A la primera aspira un Rahmbo que por momentos recuerda a uno de sus referentes. En el campo y fuera. Su respuesta este martes a la pregunta de si creía que alguien era capaz de ganarle en un estado de forma como el actual, ese “no” contundente, suena a algo que habría dicho el Tigre hace 20 años. Así, totalmente enchufado, Rahm arranca hoy la defensa de su recién recuperado número uno. El escenario más sencillo es que ni Scottie Scheffler ni Rory McIlroy ganen. Si lo hace el primero, necesitará ser segundo en solitario o empatado únicamente con otro jugador; si triunfa el norirlandés, le valdría con un quinto puesto a dos bandas.
En uno de los partidos estelares de la primera vuelta, saldrá a las 18:28 de la España peninsular con los estadounidenses Xander Schauffele y Collin Morikawa. En 2022, hasta ahora su única aparición, fue 17º. Pero ese Rahm estaba lejos de su versión 2023.