Camavinga o Tchouameni para el Betis
El lateral zurdo condiciona todo
Camavinga lo hace casi todo bien- y eso es mucho-, pero sigue siendo propenso a cometer errores puntuales. Uno en cada velada, dos como mucho. Mala fortuna para él, pues acostumbran a salir caros. El último fue en el Clásico: gravoso como pocos. Un pase hacia atrás que se quedó corto y propició la contra del gol azulgrana. Lo estaba haciendo todo bien, lo hizo casi todo bien después. Pero ese instante enturbió todo. Un segundo de desconexión que complica la vida del Real Madrid en Copa, condenado a invocar, una vez más, al aura de las remontadas. Una gesta lleva a La Cartuja, no hay más caminos.
No fue su mejor noche. Venía siendo el jugador que más intervenía y se quedó en el cuarto (86). Menos valiente para pedir el balón, algo más escondido. Y errático: firmó un 89% de acierto en pases. Por contextualizarlo, Kroos hizo un 95%. Fue poco incisivo, muy horizontal: en campo contrario vio como su acierto se desplomó hasta casi el 80%. Y en defensa tuvo que afrontar tres duelos: sólo ganó uno e hizo falta en dos.
En esa doctrina está trabajando Ancelotti: templarlo. Hay ciertas cosas que sí se van notando. Por ejemplo, ya no entra con la agresividad de antes: vio cinco amarillas en los seis primeros partidos del 2023 (Cacereño, Villarreal, Valencia, Villarreal de nuevo y Athletic). Era una hemorragia y había que coserla. Ancelotti, preguntado por ello en su día, quiso restarle importancia: “El ímpetu es una cualidad. Intenta cortar pases y a veces llega tarde; pero no pensamos en ello”. Verdad a medias, porque sí es algo en lo que se ha trabajado. Sin ir más lejos, lleva 986 minutos seguidos sin ver una tarjeta. De todo, a nada. Éxito.
Se ha vuelto indiscutible. En el derbi paró por primera vez desde la eliminatoria de Copa ante el Villarreal (llevaba 11 partidos seguidos jugándolo todo). Este domingo se volverá a disputar el puesto con Tchouameni, pero con una alternativa sobre la mesa: que descanse Carvajal y él sea lateral izquierdo.