Estreno monumental
Van der Poel conquista la Milán-San Remo, como ya hiciera su abuelo Poulidor 62 años antes
Rivales
Ganna y Van Aert dejaron a Pogacar, cuarto, sin subir al podio
La Milán-San Remo, la prueba italiana que recorre Italia casi de punta a punta, un monumento, el primero de la temporada, teóricamente el más favorable para los velocistas... pero que cada vez lo tienen más complicado ante la voracidad de los clasicómanos y vueltómanos actuales. En los últimos 15 años, la prueba dejó 15 ganadores diferentes. ¿Y en 2023? Pues otro distinto, el 16º. Nadie repite entre las generaciones vigentes.
El que inscribe su nombre es Mathieu van der Poel. El del Alpecin logró su primera victoria de la temporada, el mejor momento para estrenarse en esta parte de la campaña, ya que añade un tercer monumento a su palmarés tras la doble conquista en el Tour de Flandes (2020 y 2022).
Un ataque durísimo en la parte final del Poggio y un descenso magistral le permitieron al ciclista neerlandés cruzar la meta de Vía Roma en solitario. En el podio le acompañaron un espectacular Filippo Ganna y el enemigo íntimo de Van der Poel, Van Aert. En cuarta posición quedó Tadej Pogacar, fuera del podio. El esloveno era el más vigilado, tenía todas las miradas en él, porque esta prueba era uno de sus grandes retos de la temporada. Para ello trabajó su equipo, especialmente un Tim Wellens estelar, y en el Poggio llegó su esperado ataque, que seleccionó la carrera.
Los cuatro que quedaban tras ese movimiento del esloveno serían los que se jugasen la victoria. Antes de acabar el Poggio (3,7 km a 3,7%) llegó el contraataque de Van der Poel, el ganador. Una curva a izquierdas que marca el inicio del descenso fue la última vez que vio de cerca el trío perseguidor el maillot azul del nieto del fallecido Poulidor. Precisamente Pou
Pou logró ganar esta carrera hace 62 años (en 1961), Descenso técnico, arriesgado y por atrás no recortaban. Una bala ganadora.
A inicios de año, Van der Poel brilló en ciclocross (Mundial incluido), pero su última victoria en carretera databa de septiembre, en Bélgica (país donde nació y vive pese a ser de Países Bajos), y para Pogacar es la primera derrota en una carrera (bien sea en pruebas de un día o en una general) desde que Enric Mas pudiese con el esloveno el pasado 1 de octubre en el Giro de Emilia.
Los grandes favoritos seguían por delante en la Cipressa (5,6 km al 4,1 %), que se coronó con unos veinte segundos de demora respecto a 2022. Menos dureza, porque el viento en contra no ayudó. Tampoco a los ocho fugados, que fueron neutralizados a 30 km del final. En el Poggio el grupo era más nutrido de lo esperado.
Una velocidad altísima en la subida, con algunas curvas llegando incluso a tener que frenar en la parte más suave, hasta que a 6,8 km del final, boom. El ataque de Pogacar. Solo Ganna pudo salir a su rueda, mientras que Van Aert y Van der Poel perdieron un metro que pudieron cerrar. Una vez juntos llegó el movimiento de Van der Poel. Inalcanzable. Los españoles, lejos (Serrano, 25º). “Superó mis expectativas”, dijo Van der Poel. No es para menos.