Una batalla por la redención
El Atleti regresa a Celtic Park, escenario del histórico duelo de 1974, para olvidar el naufragio del año pasado ● Galán, en el lugar de Lino
Una bofetada de aire cortante recibió al Atlético ayer, en cuanto su avión tomó tierra en Glasgow, Escocia, para medirse esta noche con el Celtic en la 3ª jornada de la Champions. Las agujas de hielo venían de dos diferentes. De la propia climatología, primero. Diez grados de frío seco de invierno. De la prensa en los quioscos, con ese titular en mayúsculas grandes en la portada del Record Sport: “Pathetico Madrid”. Como aquel martes 9 de abril de 1974 en el que, antes de la ida de las semifinales de la Copa de Europa entre ambos, Celtic, Atleti, la prensa calificaba a Panadero Díaz y al Toto Lorenzo, entrenador del Atlético, como “asesinos”. Una gasolina que nada más rodar el balón prendió en el campo. Como la Batalla de Glasgow pasó para la historia. El Atlético se quedaría aquel partido con ocho pero empataría 0-0, como primer paso a la final.
Y seguro que a un cabalista como el Cholo eso no le ha pasado inadvertido seguro. Que en 1974 el Atlético jugó en Celtic Park y llegó a la final de la Copa de Europa. Que en 1985 jugó en Celtic Park y llegó a la final de la Recopa. Que en 2011 jugó en Celtic Park y llegó a la final, y ganó, aquella Europa League. Está claro, el camino de los alemanes, ese al que siempre alude Simeone en su empeño por la Champions, “dale, dale, que alguna cae”, pasa sin duda por Glasgow.
Con 19 futbolistas en el avión, la presencia de Savic y la falta de Lino (esguince en la rodilla), el Cholo afronta este duelo que entierre de una vez el
Polémica
En Glasgow ha escocido que el Atleti juegue de rojo, como en 1974
naufragio de la mala Champions pasada en la que los rojiblancos se quedaron en nada. O Galán o Riquelme ocuparán el lugar del brasileño. Si lo hace el primero sería su primera titularidad. De Paul regresará al centro. Arriba, nada cambia. Grizi y Morata. El Atlético es el segundo equipo de Europa que más goles marca tras el Dortmund.
Enfrente, además de una grada que siempre aprieta, que tiene especiales ganas de revancha, se encontrarán con un Celtic que no ha perdido en la liga escocesa, pero tampoco ha puntuado en la Champions. Para los de Rodgers es ahora o nunca. O ganan al Atleti o dicen casi adiós a la Champions, con cero puntos. Un Celtic con ocho futbolistas asiáticos. Furuhashi lleva 70 goles en dos años. También O’Riley, indetectable entre líneas, seis goles en liga. Su parte más débil es la defensa, incapaz de sujetar los partidos en su 4-3-3. En Champions ha encajado ya cuatro goles, el equipo que más del grupo.
En el área contraria, mientras, el Atlético no es el de Godín pero va recuperando la vieja fiabilidad. Y Oblak, los milagros en sus guantes. Savic volverá a la línea de tres con Witsel y Hermoso en ese Celtic Park que ayer, mientras Simeone y Koke daban sus ruedas de prensa, aguardaba en silencio y vacío. La noche había caído. Hacía rato ya que el Atleti al completo descansaba en su hotel, con Koke y el Cholo también, cuando una niña se soltaba de la mano de sus padres en un paseo por los alrededores del estadio para correr hacia una de las estatuas que reciben en las afueras de Celtic Park. Era la de Johnstone. Uno de los nombres de aquella otra batalla, la de 1974. Quien la vivió lo sabe.