El Madrid vive de Vinicius y Bellingham
Tres partidos, nueve puntos. El Madrid va viento en popa. Ha ganado las dos salidas fuertes y sólo le queda visitar al Union Berlin, al que batió en el Bernabéu. Digamos que está encaminado a ser campeón del grupo, muy posiblemente antes de que este complete su calendario. También es líder en LaLiga. Sin embargo, todavía me da la impresión de equipo sin fraguar, con un diseño como pespunteado, sin terminar de coser en firme. Va saliendo adelante porque se agrupa bien atrás y tiene dos jugadores extraordinarios, Bellingham y Vinicius, que le resuelven todo en la otra área. Da lo mismo quién les acompañe. Con ellos basta.
Vinicius se ha recuperado mentalmente de la lesión. Y digo mental y no físicamente porque esto último hace ya bastante que pasó, pero le quedó una cierta aprensión para lanzarse en velocidad a fondo. Ya espantó ese fantasma. Anoche insistió en sus escapadas, mortificó al central de la derecha, Serdar, le dio el gol a Rodrygo, se lo dio a Bellingham y marcó uno propio, que le quitó el sexador de pollos por tener la oreja izquierda en fuera de juego. Pero él fue todo el ataque del Madrid. Al otro lado, Rodrygo apenas hizo nada, aunque felizmente se justificó con el gol que tanta falta le hacía, pues no marcaba desde el 12 de agosto.
Vinicius siempre es importante y también Bellingham, no sólo por lo que construye sino, y sobre todo, por lo bien relacionado que está con el gol. Ayer marcó con la suavidad del que cierra la puerta de un Rolls Royce, y antes de ese tanto ya había rozado otro, en magnífico botepronto. Su media de gol por partido sólo se ha roto por el que le volatilizaron en Sevilla con aquella parada de juego que decidió De Burgos. El poderío de Vinicius y Bellingham le da al Madrid para atacar con tres, sea quien sea el otro, mientras el resto del equipo se puede ahorrar riesgos. Por ahora vale, pero ya veremos cuando se empine la cuesta. Y ya aparece ahí la de Montjuïc…
Por ahora vale, pero ya veremos cuando se empine la cuesta. Y ya aparece ahí la de Montjuïc”