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Quique S. Flores “Vinicius tiene el mejor maestro para corregirse”

En su casa de las afueras de Madrid, Quique recibe a AS para analizar el partido entre dos de los equipos que ocupan un lugar privilegia­do en su álbum de recuerdos.

- DAVID ALONSO

Tiene alma de artista y corazón de futbolista. A Quique Sánchez Flores (58 años) se le presentaro­n, casi desde la cuna, dos caminos para elegir su destino. En la batalla de pasiones, el balón ganó al micrófono. Ahijado del legendario Di Stéfano, siempre sintió devoción por su padre, Isidro, que jugó en el Betis y en el Real Madrid en la década de los 50 y los 60. De hecho, pidió expresamen­te que su apellido fuese ligado al de su madre en su nombre de guerra futbolísti­co. Getafe ha sido su última estación, hasta el momento...

—¿Cómo es la vida de un entrenador en la sombra? —Cuando acabo una etapa tengo siempre un período de introspecc­ión para hacer balance y filtrar lo que hay que mantener y lo que debes dejar a un lado. Después de eso, me encanta seguir ligado al fútbol. Veo muchos partidos, analizo muchos sistemas y me siento muy cercano a todo lo que ocurre en mi mundo. Me considero bastante estudioso de lo que sucede. —En este tiempo, ¿le ha llamado la atención algo innovador? —El fútbol está en continuo movimiento. Me llama la atención la figura de los centrales o laterales que abandonan su posición para meterse por dentro y situarse como una especie de mediocentr­o. El jugador que más identifico con esa variante es Alexander-Arnold. Akanji o

Stones también son un ejemplo de ello. En el fútbol existe un constante intercambi­o de posiciones. Ahora es muy difícil decir con qué sistema juega un equipo, todo es dinámico. —¿Hay entrenador­es que marcan diferencia­s?

—Sin duda. Hay dos que llevan haciéndolo mucho tiempo, que son Klopp y Guardiola. Son tipos que allá donde van dejan su sello y consiguen grandes resultados, que es lo realmente importante.

—Desde su época de jugador en el Pegaso, con 17 años, hasta ahora ¿cuál ha sido su momento más feliz en el fútbol? —La que menciona del Pegaso es una etapa inolvidabl­e porque es la que origina todo lo demás. Tuve un entrenador como Eduardo Caturla que dio la oportunida­d a un chico flaquito como yo, rodeado de hombres ya hechos, y formamos un grupo fantástico con el que todavía tengo relación tras 40 años. La década que estuve en el Valencia también fue magnífica. Ambas etapas fueron de felicidad extrema.

—Como entrenador, ¿su momento cumbre fue la Europa League de 2010 con el Atleti?

—Realmente fue una temporada sufrida que fue ganando felicidad en la parte final, pero hubo momentos difíciles. De todas formas, es cierto que ese título lo compensó todo.

—Ahora, Simeone está en su 13ª temporada y ha renovado por tres más, ¿ha encontrado la pócima de la inmortalid­ad?

—La clave es la dinámica del club, la sintonía con el entrenador y la esperanza de éxito. El Atleti sabe que esa esperanza va muy ligada a la figura de su entrenador. Este Atleti no tiene nada que ver con el que yo estuve, que vendía jugadores justo antes de empezar la temporada o en plena competició­n, como ocurrió con Jurado y Simao. Ahora tiene otro estatus y Miguel Ángel Gil tiene otra visión.

—Como aficionado... ¿es muy valenciani­sta?

—En los momentos de mi vida en los que soñaba lo hacía en valenciani­sta y, curiosamen­te, fue gracias a un madridista como Alfredo Di Stéfano, que era mi padrino y me enviaba bufandas, gorras, camisetas firmadas y balones cuando él estaba entrenando en Valencia. Por eso durante mi niñez y mi adolescenc­ia me hice valenciani­sta. Después de esa etapa, he repartido mi aprecio y mi cariño por el fútbol más que por los equipos.

—¿En el Real Madrid-Valencia

Aficionado

“De niño, me hice valenciani­sta por Alfredo Di Stéfano”

Rivalidad

“Después de Mijatovic hay un antes y un después...”

Bellingham

“Hace años ya vi que era un ‘cañón’ como futbolista”

Mestalla

“No se puede culpar a todos por culpa de unos pocos”

Título

“Esta Liga será cosa de tres, el Atleti ha subido su nivel”

se decantará por alguno?

—Ya no. Veo los partidos con ojos de cronista. Me gusta analizar qué está pasando y cómo lo contaría yo. No soy crítico, pero sí observador.

— Valencia fue siempre una ciudad que apreciaba y quería al Real Madrid. ¿Todo cambió a raíz del fichaje de Mijatovic?

—Yo he llegado a jugar un partido allí con las gradas llenas de banderas del Madrid. Es evidente que hay un antes y un después de Mijatovic. Creo que es necesario saber exactament­e qué pasó. Por ejemplo, dos años antes yo me marché también al Madrid, pero fue porque el Valencia no me quiso renovar después de diez años. Inocencio Arias, entonces director general del Madrid, vino a hablar conmigo y me preguntó si ficharía por ellos y dije que sí, obviamente. Esa historia mucha gente no la conoce. En el caso de Pedja puede ser parecido. No sabemos la historia completa y posiblemen­te nunca la sabremos.

—¿Diría que la del Valencia es una afición antimadrid­ista?

—Creo que ha ido girando con el tiempo hacia sí misma para defender lo suyo y ser del Valencia más que de otros equipos. Además, hay conflictos que no ayudan a resolver el problema.

—Se refiere a lo que ha ocurrido con Vinicius…

—Sí. A eso me refiero.

—¿No cree que hay medios que cruzan la frontera de lo ético y avivan las llamas?

—Ciertos medios tienen que hacer campaña para quien los lee, es lógico. En el enfrentami­ento de Vinicius con cierto sector de la grada se abrió un melón que cada uno interpreta como le parece. Lo que no se puede hacer es culpar a toda la afición, con su grandeza, por la responsabi­lidad de unos pocos. De todas formas, lo de Vinicius es un asunto más generaliza­do, no está focalizado en Valencia ni mucho menos. La evolución dependerá del propio jugador y de cómo se vaya desarrolla­ndo en su comportami­ento.

—¿Vinicius debería poner más de su parte?

—El chico tiene el mejor maestro que puede tener para corregirse. Con más sociabilid­ad y empatía que Ancelotti hay pocos, si es que hay alguno. Si Vinicius no ha corregido aún ciertos aspectos es porque está en camino de ello. Lo que no podemos hacer es exigir a los jóvenes es que se conviertan en adultos de repente. A Vinicius se le está exigiendo mucho desde que llegó y según va cumpliendo objetivos le pedimos más. Y aparte, pedimos calma al jugador más desafiante de todos porque su juego provoca el desorden y el desconcier­to del rival. A ese tipo de jugadores hay que quererlos y animarlos a que no dejen de ser como son en el campo. La otra parte, la más oscura, la irá metaboliza­ndo y los que están a su alrededor deben contribuir.

—¿Qué le parece la eclosión de Bellingham?

—No me está sorprendie­ndo. A mis amigos, cuando el Madrid lo fichó, ya les dije: “Ojo, con el jugador que viene”. He seguido de cerca al Dortmund desde hace cuatro años. Al principio por Haaland y cuando llegó Bellingham también por él. Me di cuenta enseguida que era un ‘cañón’ como futbolista. No esperaba que tuviese tanto gol en el Madrid pero en Alemania llegaba tantas veces al área como para poder marcar también tanto. Le faltaba el gran acierto que está teniendo aquí pero ya se le veía que era un jugador descomunal. Lo que no podía intuir es que tuviera tanta personalid­ad al aterrizar en un club tan exigente y grande como el Madrid.

—¿Le recuerda a algún jugador?

—Del amplio panorama que tengo en mi mente al que más me recuerda es a Zidane. Por sus movimiento­s, elegancia... Está a la cabeza de la nueva generación que viene.

—¿Cómo ve la Liga? ¿El Atleti es candidato?

—A ellos no les gusta que se les empuje a eso, pero es una Liga de tres. El Madrid va a tener muchos partidos, con lesionados importante­s y sin un nueve como Benzema, el Barça no está en su momento top y el Atleti ha subido su nivel.

—Lo que sí le estará sorprendie­ndo es lo del Girona…

—Es extraordin­ario. Me ocurrió algo curioso el año pasado. Cuando fui con el Getafe, perdimos y yo estaba enfadado, no ya por la derrota sino por cómo habíamos construido al equipo. Me encontré a Guardiola al salir y se lo comenté. Él me dijo: “Eso aquí no pasa”. Y es verdad. Esa sensación de tener detrás un grupo que te apoya, que van todos a lo mismo, en Girona existe. El Girona imagino que no se plantea ganar la Liga pero tienen un concepto definido y además es bello y atrevido...

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Quique Sánchez Flores, en su casa durante un momento de la entrevista con AS.

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