AS

Llopis, bañado en oro

El nadador abrocha su espléndido 2023, en el que se colgó dos oros en los Mundiales de Mánchester, con el Premio Paralímpic­o AS y mira ilusionado a París

- MAITE MARTÍN

Se mueve por la alfombra roja como pez en el agua. Iñigo Llopis (San Sebastián, 1998) deslumbra tanto como los dos oros, en los 100 metros espalda y los 4×100 metros estilos, que se colgó en los Mundiales de Mánchester. Aquello fue la confirmaci­ón de que sigue creciendo, brazada a brazada. “Tenía mucha ilusión por conseguir mi primer oro... ¡Y fueron dos! ¡La bomba! He ido cogiendo experienci­a en los campeonato­s internacio­nales y se nota. Este año me he sentido bien y he dejado atrás las lesiones. Estoy en un gran momento, pero quiero seguir mejorando”, explica el flamante Premio Paralímpic­o AS.

Iñigo nació con una malformaci­ón en el brazo y la pierna, lo que le llevó al quirófano hasta en quince ocasiones. No tiró la toalla, tampoco cuando una lesión estuvo a punto de costarle la pierna derecha. No conjuga verbos como rendirse, por algo la frase sobre la que pivota su vida es Gogoaren Indarra, algo así como la fuerza del querer. “Pertenece al himno del Athletic y me representa. Hay que intentar las cosas y, si hay obstáculos, ponerle aún más ganas”, confiesa.

No se quita la sonrisa ni un minuto. Este galardón es el cierre perfecto para un año redondo. “Es otro aliciente para seguir peleando y un honor que AS me haya escogido a mí, porque el nivel de los deportista­s paralímpic­os españoles es muy alto”, apunta el nadador, que llegó al Teatro Real acompañado por su novia Nahia, también nadadora, y por su padre, Luis Llopis, el entrenador de porteros del Real Madrid, quien llevaba el periódico a casa. “Leíamos cómo ponían al equipo y a los guardameta­s”, ríe.

Sus recuerdos de AS se remontan a su época futbolera, porque él empezó bajo palos. Lógico. Lo lleva en la sangre. Así es como conoció a Keylor Navas, quien le regaló un amuleto que siempre le acompaña, y como enganchó a Zidane y Ancelotti al deporte paralímpic­o. “He ido creciendo con ellos, con Imanol, con Caparrós... Mi aita se pone más nervioso con mis pruebas que con sus partidos. Que ellos estén pendientes de mis competicio­nes es la leche”, desvela, porque la visibilida­d es otra de sus medallas. Suya y de otro de sus referentes: Richard Oribe. Hasta John Cena, estrella de la WWE, le felicitó por su ejemplo.

Los Juegos supusieron un antes y un después. A Río llegó con una pizca de suerte (la sanción a Rusia) y sólo la experienci­a ya fue su premio. Tokio era otra historia, con la COVID-19, y aún así conquistó una plata y corroboró las expectativ­as. La promesa se había hecho realidad. Ahora mira a París 2024 con ilusión y ambición.

“Con el subidón de este año miro a los Juegos con más ilusión todavía. Y como París está cerquita confío en que vengan los amigos y la familia. Sólo ir y nadar con los mejores es la leche. Ojalá pueda traerme una medalla”, asegura el nadador, que se llevará su canción vitamina (No hay tregua de Barricada), esa que le motiva también con su grado de Integració­n Social. “Me gusta ayudar a la gente desde siempre y me llama el tema de la discapacid­ad. Hemos avanzado en muchas cosas, pero tenemos que continuar”, afirma Iñigo, al que sus vecinos donostiarr­as reconocen y animan por las calles. El pasado domingo acompañó a su padre al Bernabéu, aunque él es muy del Athletic. No lo puede negar. Tiene la garra y la fuerza de los leones y es el rey de la piscina.

Evolución “Estoy en un gran momento, pero quiero seguir mejorando”

Juegos “Con este subidón los miro con más ilusión, ojalá caiga una medalla”

 ?? ?? Iñigo Llopis, Premio Paralímpic­o AS, junto a Miguel Carballeda, Presidente del Comité Paralímpic­o Español.
Iñigo Llopis, Premio Paralímpic­o AS, junto a Miguel Carballeda, Presidente del Comité Paralímpic­o Español.

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