“Si ‘Chicle’ fuésemos un futbolista... sería Haaland”
Álvaro Benito se embarca en ‘Chicle’, un proyecto paralelo a Pignoise donde el exmadridista ahonda en su faceta musical
ÁIvaro Benito parece habitar un multiverso particular. Está el Álvaro Benito exfutbolista y entrenador, el Álvaro Benito que disecciona y divulga como pocos los mecanismos internos del fútbol desde los medios de comunicación (entre ellos esta casa) y otra cara de ese poliedro se entiende con una guitarra en la mano. Mientras encara dos décadas con su banda Pignoise, se ha decidido a dejar traslucir un proyecto paralelo que iba alimentando desde hace más de diez años. ‘Chicle’, un giro de tuerca junto a Héctor Navío (al bajo) y Juan Zurdo (a la batería) hacia sonidos más cercanos al rock alternativo de los años 90, pero con unos estribillos pegadizos como el propio nombre de este power trio. Quedamos con ellos en el ‘búnker’ de Sonido Muchacho, su sello discográfico, para charlar sobre esta aventura.
Pero, ¿de dónde sale Chicle? “Pues de que yo empecé a componer algunas canciones porque tenía inquietudes...”, explica Álvaro. “Hay un disco de Pignoise que se llama El tiempo y el espacio que en realidad es algo así como proto Chicle, ahí yo tenía una necesidad de expresarme y quizá no tendría que haberlo hecho con Pignoise, lo que hice fue buscar otra manera...”. Un proceso muy largo de maceración. “Empecé a desarrollar nociones autodidactas de producción y a componer canciones de manera compulsiva, hay unas 300 o así ya escritas”. Ecos de Biffy Clyro (grupo que idolatra Álvaro) y hasta de las diversas encarnaciones de Dave Grohl, porque Juan Zurdo es devoto de Nirvana.
Inevitablemente había que dirigir la conversación hacia el fútbol. “¡Estoy rodeado de indios!”, dice riéndose Álvaro. “Yo toqué en el Calderón, eh”, replica Juan. Para establecer un paralelismo capaz de hacer entender a qué suena Chicle, hay que preguntarles qué futbolista actual sería este grupo. “Yo diría que uno agresivo, potente, ambicioso, un Haaland”, tercia un Álvaro Benito que es, a su manera, la figura del entrenador en el proyecto. “No hace nada de una forma dictatorial, ni mucho menos, pero como lo tiene tan claro, te arrastra”, explica Héctor. “Cuando una persona tiene tanta seguridad es como ‘venga, vamos para adelante, yo te sigo a muerte’”, comenta Juan. “Él puso la semilla y crecimos con él, nos ha dado mucha libertad a nivel creativo y todo empasta bien”. “La música es más difícil”, remata Álvaro. “Porque en el fútbol puedes tener una idea de qué hacer para lograr un resultado, en la música no se sabe qué funciona con el público. Puedes tener algún pálpito, pero es imposible saberlo...”.
Cambios. ¿Es Chicle un giro hacia el rock? “Es que para mí Pignoise es rock”, salta como un resorte Álvaro. “Antes de ser conocidos siempre nos decían en la industria que nuestra música era minoritaria, que era underground y por circunstancias de la vida, por una serie de televisión, entramos en el circuito mainstream, con lo cual te das cuenta que la gente de la industria no tiene ni puta idea y que la música no tiene muchas de las barreras o etiquetas que le pone la gente. Nos costó mucho quitarnos el estigma de ser el grupo del exjugador del Madrid”.
A los Pignoise de Álvaro Benito les catapultó Los Hombres de Paco. Y Héctor Navío vivió algo parecido con la Vuelta Ciclista a España. Una canción de su grupo, Preciados, fue elegida la sintonía oficial en 2010. “Fueron nuestras dos semanas de gloria, luego nos fuimos a la mierda”, recuerda con una carcajada. “Ya en serio, fue una bonita etapa”. “¡Nunca mejor dicho!”, tercia Álvaro.
Los tres están maquinando su primer disco y un EP acaba de ver la luz con cuatro canciones (Calles de perdedor, Mi imaginación, Sólido y Felicidad). Pero Chicle no se queda en un simple ejercicio exploratorio en un estudio de grabación. Habrá Chicle en directo. Por de pronto, debut el 15 de marzo en la madrileña Sala El Sol. “Vamos con todo, con ilusión y sin expectativas, pero no vamos a parar. Tengo comprobado que esto es una carrera de fondo, hay que tener consistencia y confianza en uno mismo”. Puestos a soñar, ¿para quién les gustaría abrir como teloneros en el nuevo Bernabéu? “Muse”, concuerdan. Es una declaración de intenciones, apuntan alto. “Chicle no es un capricho para pasar el rato, persistiremos”.
La idea “Hay como 300 canciones escritas y vamos a sacar disco”
Futuro “Por pedir, nos gustaría tocar en el Bernabéu abriendo para Muse”