El Barça pasa el rodillo
El equipo culé sentencia con 40 puntos en el segundo cuarto
El equipo de Roger Grimau se aseguró de que hubiera Clásico en la final tras dar buena cuenta del Lenovo Tenerife, que solo resistió 10 minutos (14-16) sin imaginarse el chaparrón que le esperaba en un segundo tramo para la historia. El Barça anotó nada menos que 40 puntos por 8 de su oponente.
Más allá del evidente cansancio de los insulares tras el palizón de su cuarto de final, es interesante destacar que el Barcelona hizo un partido muy completo rayando a gran altura y de gran nivel. Donde todos sus jugadores anotaron y seis de ellos llegaron a los dobles dígitos: Brizuela y Hernangómez (15 puntos), Satoransky (11), Abrines, Jokubaitis y Parra (10 puntos).
Un detalle orientativo para lo que pasó. Doornekamp, que metió todo lo que tiró ante el Unicaja, en esta ocasión acabó con 0/4. Y en valoración, 132 a 76. Que el Barcelona se ponga en modo apisonadora puede entrar en los pronósticos a la vista del potencial de su plantilla; lo inexplicable fue el desplome del Tenerife en un tramo horroroso. El equipo de Grimau cogió vuelo con el acierto demoledor, y por tramos, de Willy Hernángomez, Brizuela y compañía. Con 21-16, Txus pidió tiempo oliéndose que la borrasca pasaría a fuerte marejada y mar gruesa.
Para los insulares lo peor estaba por llegar. Cada llegada a la pintura rival acababa como ese nadador que muere en la orilla por asfixia. Y en ese ambiente, Álex Abrines, un jugador formado en la cantera del Unicaja, se sumó a la fiesta del triple (el Barça anotó 8/14 en 20 minutos). Marcelinho, el único que lo intentaba con algo de criterio, también se estrellaba en la muralla blaugrana. Ante el estupor general, el parcial a los 19 minutos era de 40-6, casi de minibasket, para llegarse al descanso con un tremendo 54-22. Doornekamp y Kyle Guy, los héroes de cuartos ante el anfitrión, totalmente desactivados: 40 puntos del Barcelona en un solo cuarto que superan el récord de los 38 anotados por el Real Madrid en la final de Copa de 2018, precisamente, contra los blaugranas.
La segunda mitad sobró y ni siquiera el Tenerife pudo maquillar la debacle. Grimau pudo hacer rotaciones pensando en la final y acabó ganando por 32 puntos.