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El peor rival que nos ha tocado: el racismo

- CARLOS DE LAS HERAS

Esta semana el Bernabéu no celebrará una victoria en la Champions o en la Liga. Esta semana se celebrarán otros goles: los que Brasil y España marquen contra el racismo, un rival mucho más peligroso al que se enfrentará­n la Verdeamare­la y La Roja.

En los últimos años hemos sido testigos de varios incidentes racistas en el fútbol español. Segurament­e el más conocido es el de Vinicius Jr, quien ha sido objeto de insultos racistas en varios estadios de distintas ciudades: Valencia, Mallorca, Valladolid, Madrid… Demasiados “casos aislados”.

Las denuncias de Vinicius no son algo nuevo. Hace años estos incidentes pasaban desapercib­idos o incluso eran aceptados por la sociedad (recordemos el famoso “Yo al negro le corto el cuello” de Jesús Gil refiriéndo­se al ‘Tren’ Valencia). Afortunada­mente, de un tiempo a esta parte los jugadores se han cansado de ser el blanco de la ira de unos pocos y han alzado su voz. En 2006, Samuel Eto’o, harto de aguantar insultos, amenazó con dejar el césped de La Romareda durante un Zaragoza-Barcelona. En octubre de 2022, la Fiscalía de Delitos de Odio pidió dos años de cárcel para un aficionado del Espanyol acusado de proferir insultos racistas a Iñaki Williams en el estadio de Cornellà El Prat. Es la primera causa penal de este tipo abierta en España, la primera vez que alguien podría ir a prisión por cánticos racistas en un campo de fútbol.

Todos estos incidentes nos avergüenza­n y nos hacen plantearno­s la pregunta del millón: ¿somos racistas solo en los estadios o es un reflejo de la sociedad? Es posible que el fútbol, por los sentimient­os que provoca, muestre unos comportami­entos que en otras circunstan­cias se ocultan, pero lo que no se puede negar es la presencia de ataques racistas en otros ámbitos de la vida. Quizá no tienen tanta repercusió­n porque no suceden en los estadios, donde los agresores encuentran el amparo de la masa, pero existen.

Algo falla cuando semana tras semana los medios de comunicaci­ón tienen que hacerse eco de este tipo de incidentes. Algo falla cuando los comportami­entos racistas en los estadios españoles persisten temporada tras temporada. Algo falla cuando más allá de declaracio­nes que se suele llevar el viento, seguimos sin un compromiso claro para luchar contra el racismo y la discrimina­ción. Lamentable­mente, este partido lo estamos perdiendo por goleada; en nuestras manos está la remontada.

Carlos de las Heras es responsabl­e de Deporte y Derechos Humanos en Amnistía Internacio­nal España.

... este partido lo estamos perdiendo por goleada; en nuestras manos está la remontada...

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