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Rubén Blanco “Vamos a ganar al PSG de Mbappé”

FRANCIA El portero decidió dejar el Celta hace dos años para probar una experienci­a nueva en el Olympique de Marsella. El gallego visita AS días antes de medirse en el Velodrome al PSG de Mbappé en el Clásico francés.

- P. MARTÍN, A. GABILONDO

Rubén Blanco (1995, Mos) dejó uno de los dos equipos de su vida, el Celta, el otro es el Santa Mariña, para afrontar nuevos retos en Francia. En el Olympique de Marsella se ha encontrado un club que ha superado sus expectativ­as. Mañana reciben al PSG.

—¿Cómo lleva la experienci­a del Olympique de Marsella?

—Bien, es maravillos­a. Viven el fútbol de una manera que no había visto hasta ahora, muy apasionada. Hasta que no lo vives en primera persona no te das cuenta de la grandeza que tiene. A mí me está alucinando todo.

—¿Exigencia de equipo grande?

—Te ayuda a mejorar... A estar concentrad­o. Es superemoci­onante jugar en el Velodrome cada quince días.

—¿Cómo fue el momento de salir del Celta?

—Fue complicado porque fue una decisión difícil para mí. Tenemos mucho arraigo los canteranos en Vigo. Venía de un año y medio que no estaba jugando. Lo valoré y di el paso. —En lo deportivo han sufrido muchos vaivenes...

—Hay mucho ruido, con muchos altibajos, con muchos cuerpos técnicos. Ahora es el tercero que tenemos. La realidad es que estamos peleando por entrar en Champions. En Europa estamos compitiend­o bien y en cuartos...

—El problema en Francia es que el PSG es intratable...

—La realidad es que en los últimos años es difícil quitarles la liga. El año pasado se la competimos hasta el final. Este año la liga está muy bonita, muy competida, pero el PSG está un pasito por delante.

—¿Cómo se ve a Mbappé desde dentro?

—Para Francia es un emblema. La punta de lanza de la selección, del PSG... Es un grandísimo jugador. Super diferencia­l, muy físico... Es el jugador más completo que existe en el fútbol actual. De altísimo nivel.

—¿Siempre quiso ser portero?

—Pues sí. De pequeñito mi padre me regaló unos guantes y ahí empezó la pasión y las ganas por ser portero. Luego, cuando empecé en el fútbol, con un amigo, por hacer la broma, nos cambiamos y me puse la camiseta del portero y a partir de ahí empezó todo. Comencé en un club muy conocido en Vigo, Santa Mariña, y luego me fui al Celta en Infantil.

—¿Quién fue su referente?

—Casillas, sin duda. Me crié viéndolo. De los jugadores más decisivos del fútbol español. Siempre que le necesitaba­s hacía la parada. Superdecis­ivo. Tenía un don. Te sostenía. Aunque el nivel más alto que vi de un portero fue Víctor Valdés, el año anterior a lesionarse de la rodilla. Él se crio o se hizo como portero sin jugar con los pies y después evolucionó.

—¿Qué inquietude­s tiene más allá del fútbol?

—Estudio Economía, a un ritmo de tortuga (risas). Ahora tengo una escuela de porteros en Vigo. Hacemos campus. Es una pasada que los niños puedan disfrutar del fútbol, de nuestra locura.

—También es directivo de un club de balonmano...

—Sí. Todo empezó porque mi hermana juega al balonmano y estaba en el filial del O Porriño. Entonces ascendiero­n a Segunda y me comentó que probableme­nte tenían que vender la plaza. Decidí echar una mano. Encantado de aportar mi granito de arena. Siempre que puedo voy al estadio y desde Marsella veo todos los partidos. No era muy aficionado del balonmano y ahora soy un loco.

—De O Porriño es Gabri Veiga ¿qué le eche una mano?

—(Risas) Pues si nos lee, le ánimo a Gabri a que se una.

—¿Cómo es llegar del vestuario del Celta al del Marsella?

—Desde el primer día estuve muy a gusto con los compañeros. Jugué con Alexis el año pasado, ahora con Aubameyang. Son gente normal.

—¿Quién le sorprendió más?

—Ounahi tiene una calidad excelsa. Jugador muy bueno. Payet, un clase mundial absoluto. —¿La presencia de Longoria fue clave para ir al Marsella?

—Fue el que me llamó. Es un magnífico presidente. Un gran gestor y sabe mucho de fútbol.

—¿Cómo es la Ligue 1?

—Es una liga que crece a pasos agigantado­s. Cuando llegué, la desconocía bastante y me sorprendió para muy bien. Es diferente a LaLiga. Nos andamos con menos rodeos.

—Y mañana, el PSG... ¿Qué transcende­ncia tiene en Francia?

—Es como un Clásico de España. Hay muchas rivalidade­s en Marsella con el Niza, el St. Etienne, pero lógicament­e contra el PSG tiene otra dimensión. Partido de altos vuelos.

—¿Pueden ganar?

—Sí, por supuesto, y creo que lo vamos a ganar de hecho. Animo a la gente a ver el partido. Será superentre­tenido y divertido para el público. Les va a encantar.

Marsella “Ha sido una temporada con mucho ruido, con muchos altibajos”

Inquietud “Ahora soy un loco del balonmano; ayudo a un club de O Porriño”

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Rubén Blanco posa en la redacción de AS con unos guantes.

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