La polémica y los postes niegan el triunfo al Celta
Hubo un gol anulado a Jailson y un penalti no pitado a Aspas
Claudio Giráldez ya conoce de primera mano la mala suerte del Celta con los árbitros esta temporada. Las jugadas polémicas fueron tan controvertidas como determinantes. La primera llegó mediada la segunda parte, cuando Jailson remachó de cabeza a la red nada más entrar al campo. Sin embargo, Hernández Hernández anuló el tanto por una falta previa de Carlos Domínguez, prendiendo así la mecha de un Balaídos cansado de los arbitrajes. Por si esto fuera poco, el colegiado canario no indicó penalti de Pacha Espino sobre Aspas en el descuento y, lo más grave, Soto Grado no avisó desde el VAR del claro contacto. Los árbitros y sus criterios, un asunto imposible de entender.
La polémica fue la salsa de un partido bastante soso, sobre todo en la primera parte. Los celestes, fieles a su nuevo plan, se adueñaron del esférico, pero faltó finura en el último pase. El Rayo, por su parte, se centró en robar para salir rápido a la contra y aprovechar los espacios que dejaba la retaguardia local. En el primer acto hubo algún que otro acercamiento, pero sin escaso peligro. Hasta que apareció la pizarra de Giráldez para convertir un córner en la ocasión más clara de la primera parte. Tras el despiste de jugar en corto, Hugo Álvarez le puso el balón en la cabeza a Larsen, que remachó al poste. Dimitrievski tuvo la suerte de tocar el balón con el pie en el rechace, pues Bamba ya se relamía para empujar a placer.
En el añadido llegaron dos jugadas que pudieron decidir el encuentro. Primero, el claro penalti de Espino sobre Aspas que los árbitros pasaron por alto y después el remate de Carles Pérez al larguero, en la última jugada del encuentro. El catalán estuvo a punto de resolver el duelo con un misil que no entró por centímetros. El reparto de puntos deja a Celta y Rayo inmersos de lleno en la pelea por la permanencia.