Las vueltas al mundo de Jenni Hermoso
Lleva 91.730 kilómetros por ir con La Roja desde el Mundial
Jenni Hermoso ya está con La Roja. Por fin. La jugadora de Tigres fue la última en unirse a la convocatoria de la Selección. Unas horas antes estaba disputando un partido en México, anotando gol y metiendo a su equipo en la fase final del Clausura. En la tarde de ayer hizo acto de presencia en Las Rozas tras un viaje infinito.
El vuelo entre la capital mexicana y España es de 11 horas. No podrá trabajar sobre el césped hasta hoy y después cogerá otro avión junto al resto del equipo para desplazarse hasta Bélgica, a Lovaina, donde se disputa el partido mañana.
Esta es la tónica habitual para Jenni desde que en el verano de 2022 decidió dar el paso de cruzar el charco. En Pachuca volvió a resurgir y se convirtió en estrella. Fue la primera de ‘las 15’ en dar el paso adelante. Después de dos listas sin aparecer, hizo su regreso. Como siempre, por todo lo alto en la Copa de Naciones disputada en Australia.
Nada le pasa factura a Jenni. Ni el jet lag, ni los miles de kilómetros que se hace la veterana delantera de 33 años. Hay siete horas de diferencia horaria entre el país mexicano y España, algo a lo que tiene que hacer frente Jenni cada vez que acude a la cita con la Selección.
Cuando su salida era desde Pachuca (antes de fichar por Tigres en enero) tenía que hacer un trayecto en coche (de dos a cuatro horas, dependiendo del tráfico) y luego coger el vuelo México-Madrid. Desde que milita en Tigres, suele usar la combinación Monterrey-Ciudad de México-Madrid (una hora y cuarenta minutos el primer tramo, escala y 11 horas segundo trayecto). 9.000 kilómetros.
Un viaje que ya es como el comer para Jenni y que completa con la agenda apretada que tiene La Roja en cada ventana. En octubre, luego se trasladó a Italia y a Suiza, en diciembre jugó en Pontevedra y Córdoba, en febrero fue el doble desplazamiento a Sevilla. Y ahora en abril, de Bélgica a Burgos. Lleva en sus espaldas un total de 91.730 kilómetros de octubre a abril. Seis meses en los que la veterana no ha dejado de cumplir sobre el césped y fuera de él con una sonrisa.