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PSG-Barça guerra fría

La ruptura de los culés con Qatar Airways en 2017 agrió la relación con el emirato y el club parisino hasta hoy

- JUAN JIMÉNEZ

En el verano de 2017, Marco Verratti estaba convencido de que jugaría en el Barça. El centrocamp­ista era uno de los sueños de Luis Enrique para reforzar un centro del campo que empezaba a perder piernas. La estrategia siguió los pasos marcados. El agente de Verratti, Donato di Campli, utilizó a Il Corriere dello Sport para lanzar el ataque definitivo: “Marco es un prisionero del emir de Qatar”. Aquel sustantivo, “prisionero”, sentó a cuerno quemado en París y Doha. Y el asunto acabó con Verratti renovado con el PSG. Eso sí, a cambio de romper su relación con Di Campli y firmar a Mino Raiola como representa­nte. Enfurecido, el PSG no perdonó los movimiento­s del Barça con Verratti y terminó de hundirle con el fichaje de Neymar por 222 millones de euros.

El de Verratti no fue el primer ni último caso de calabazas parisinas a los azulgranas, que antes lo intentaron con Thiago Silva o con Marquinhos. Después de Verratti, el Barça se interesó por Rabiot y, finalmente, en 2019, echó el resto para que Neymar regresase.

Una representa­ción del club azulgrana liderada por Eric Abidal viajó a Francia para negociar con la directiva del PSG. Como tantas otras veces, sin embargo, el asunto acabó con Ney renovando con el Paris Saint Germain. Las relaciones entre ambos clubes nunca fueron excelentes y empezaron a agriarse de verdad cuando, en 2016, el emirato supo que el Barça se desvincula­ría de Qatar Airways como patrocinad­or principal del club azulgrana para abrazarse a Rakuten en 2017. A Rosell y Bartomeu, el matrimonio con el emirato les había supuesto un fuerte desgaste a nivel social. Qatar se lo tomó como una cuestión de honor y, desde entonces hasta hoy, las relaciones han sido inexistent­es con un par de episodios de tensión, ambos en el Camp Nou. A Nasser Al Khelaïfi le dolió la derrota por 6-1 (“nos hicieron dos penaltis que no se pitaron”). En la eliminator­ia del año 2021, y pese al 1-4 en el Camp Nou, Al Khelaïfi montó en cólera por el penalti señalado a favor del Barça por un derribo de Kurzawa a Frenkie de Jong. Señaló al presidente de la gestora, Carles Tusquets, y también le mandó algún recado a Giorgio Marchetti, secretario general de la UEFA, que estaba en la llotja del Camp Nou. Laporta tomó nota para la vuelta. Lo que no esperaba el presidente del Barça es que el PSG pudiese hacer incluso más dañó a los azulgranas. “Le he dicho a Laporta que ahora todos tenemos derecho a hablar con Messi”, dijo de manera intrigante Al Khelaïfi en una entrevista a L’Equipe en junio de 2021. Las declaracio­nes pasaron algo por alto porque todos daban a Messi por renovado, pero tenían toda la intención del mundo. Un par de meses después, el argentino dejaba el club azulgrana y volaba a París para firmar por el PSG. Medio escudo del Barça con otra camiseta.

El último episodio tiene que ver con la Superliga, proyecto que el Barça defiende con fervor como socio del Real Madrid mientras que Al Khelaïfi, como presidente de la ECA, combate. No sólo eso. Mientras Laporta ataca sin piedad al PSG por estar dopado financiera­mente como club-estado, Al Kkelaïfi responde señalando las palancas (“inyectar capital de forma mágica no es un camino sostenible”). El próximo episodio podría ser Lamine Yamal…

Calabazas

El PSG dijo no por Marquinhos, Thiago Silva, Verratti, Rabiot y Neymar

Nuevos frentes

Messi, la Superliga, los mensajes de Laporta y Al Khelaïfi; y ahora Lamine...

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Lionel Messi y Nasser Al Khelaïfi, el día de la presentaci­ón del argentino con el Paris Saint-Germain.

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