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Sevilla en tres colores

Unos 100.000 aficionado­s del Athletic y 25.000 del Mallorca tiñen la ciudad de rojo, blanco y bermellón durante tres días

- ALFONSO HERRÁN / SEVILLA

Para ser Bilbao, hace mucho calor ¿no?”. La broma de Eneko, uno de los integrante­s de la marea del Athletic que ha inundado Sevilla este fin de semana igual no lo es tanto. La Giralda ha sido estos días el Guggenheim y La Cartuja, San Mamés. Las autoridade­s vascas, empezando por el lehendakar­i Urkullu, elevaron a 100.000 las personas que se trasladaro­n a Andalucía a animar al Athletic. “Decían 70.000, pero ayer me dijeron que hasta 100.000 personas podrían estar aquí”, señaló el presidente vasco, habituado a viajar a finales con equipos de Euskadi. En todo caso, la superiorid­ad con los hinchas del Mallorca, unos 25.000, era evidente. No había más que dar un paseo por zonas emblemátic­as de la ciudad. “¿Y decís que ha quedado alguien en Bilbao?”, lanzaba en tono de broma Tomeu, que había volado desde Palma. Hubo algún problema con los viajes de seguidores baleares.

Calor, aunque las nubes ayer rebajaron un poco el bochorno, polvo africano... y aficionado­s del norte, todo en un cóctel fervoroso. Una ciudad andaluza por donde navegaban las gabarras. “Es alucinante esta movilizaci­ón”, admiraba el presidente rojiblanco, Jon Uriarte.

Desde el pasado viernes empezaron a mezclarse por Sevilla ambas aficiones, con un dominio aplastante de los vizcaínos. Ayer por la mañana se abrieron las dos zonas específica­s para los seguidores, ambas en la Isla de La Cartuja. Unos, los del Athletic, al sur, y otros, los del Mallorca, al norte, y justo en medio, el estadio. Los rojibancos poblaron una zona de 28.000 metros cuadrados, con capacidad para 40.000 personas. A las 12:30 se produjo la izada de la bandera del Athletic. Allí un kalimotxo costaba 5 euros y una cerveza 4,50. Los bocadillos estaban por encima de los 7. “Es una vez en la vida, no hay que mirar la peseta”, lanzaba Keltse, una aficionada de Sopuerta, haciendo tabla rasa con las otro cinco finales jugadas en los últimos 15 años por los bilbaínos, aunque dos de ellas fueron en vacío por culpa de la pandemia.

Por las calles de la ciudad, los cánticos, las risas y los bailes lo inundaron todo. No se daba ni tres pasos sin la presencia de un seguidor vasco. Hasta había una trainera bilbaína por el Guadalquiv­ir. Banderas, Vespas, panderetas, chavales vestidos de faralaes rojiblanco­s, un joven como Mari Jaia, la reina de las fiestas de Bilbao, sujetando la Copa... La juerga inundó todos los rincones, en una ciudad revolucion­ada. María Arthuer, madre de los Williams, no se quiso perder la cita de sus cachorros, Iñaki y Nico. “La Copa es algo muy grande”.

En el caso de la afición balear, este desplazami­ento ha sido el mayor hecho en los 108 años desde la fundación del Mallorca. No faltó Steve Nash, exjugador canadiense de la NBA y accionista del club bermellón.

Asombrado “Es alucinante esta movilizaci­ón”, lanzó Uriarte, presidente del Athletic

 ?? ?? Marea rojiblanca en la plaza Virgen de los Reyes, en el centro de Sevilla; la estampa se perpetuó durante estos tres intensos días.
Marea rojiblanca en la plaza Virgen de los Reyes, en el centro de Sevilla; la estampa se perpetuó durante estos tres intensos días.
 ?? ?? Cuernos porque la mascota del Mallorca es un demonio.
Cuernos porque la mascota del Mallorca es un demonio.
 ?? ?? Un grupo de mallorquin­istas, cerca de la Torre del Oro.
Un grupo de mallorquin­istas, cerca de la Torre del Oro.
 ?? ?? Seguidores bermellone­s, en la Plaza de España.
Seguidores bermellone­s, en la Plaza de España.
 ?? ?? Recuerdo con una imagen de la Copa.
Recuerdo con una imagen de la Copa.
 ?? ?? La fan zone rojiblanca cerca del estadio.
La fan zone rojiblanca cerca del estadio.
 ?? ?? Uno de los barcos repleto de gente.
Uno de los barcos repleto de gente.
 ?? ?? Un bilbaíno, vestido de faralaes.
Un bilbaíno, vestido de faralaes.

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