Lydia y Ruth, leyendas y referentes en el FID
Valentín y Beitia glosan sus carreras en Segovia
Hasta 35 medallas internacionales, ni más ni menos, confluyeron ayer en el Teatro Juan Bravo de Segovia con motivo del FID. Lydia Valentín, berciana, y Ruth Beitia, cántabra, desgranaron allí su historia, la de dos figuras sin la que no se entienden la halterofilia y el atletismo españoles, en particular, y el crecimiento del deporte femenino en este país en particular.
“La claridad es fundamental. Si despegas un avión tienes que marcar una ruta”, arrancó explicando su mentalidad Lydia, campeona olímpica (2012), dos veces mundial y cuatro de Europa entre otros muchos logros. “La técnica es fundamental. El físico tiene un límite. La pesa la levanta la mente. Es ejecución. Parece que es el más fuerte el que gana, pero para estar más de 20 años en la élite hace falta la capacidad mental que tuve”, analizó Valentín un camino “solitario”, en el que hay que “obsesionarse” con el objetivo.
“Hay que persistir. Yo sabía que había algo dentro de mí. Creerte que eres capaz hace que pasen las cosas”, prosiguió. “Seré deportista hasta que me muera. Lo he conseguido todo en mi deporte y me retiré con una edad increíble. Tocaba dar paso a otras generaciones”, remató antes de dar paso a Ruth, la única atleta española con un oro olímpico en su palmarés.
“Mi sueño olímpico nació con Barcelona 92, porque mi padre estuvo como juez de atletismo. Empecé corriendo, ganaba todos los crosses. Ramón Torralbo, mi entrenador y mi 50%, me llevó a la pista porque mi tobillo era para saltar”, desmenuzó sus inicios. “Me siento una privilegiada. He tenido la suerte de hacer un deporte importante dentro de los Juegos, pero que en España tiene mucha competencia. La sensación de cariño que he tenido siempre por parte de los medios siempre la agradeceré y es recíproca”, lanzó antes de dejar una lección de vida a cuenta del bullying que ella misma sufrió: “Quienes lo sufrais, denunciadlo sin miedo”.