Podio firme de Sainz
Doblete de Red Bull en Suzuka con paseo de Verstappen y el español tercero
Paseo de Verstappen, doblete con Pérez, otro podio incontestable de Sainz… y carrera impecable de Alonso, sexto y por delante de tres coches más competitivos que su Aston Martin. Suzuka ordena a los monoplazas según sus capacidades, el algodón aquí no engaña, por eso tiene mérito que el asturiano diera cuenta de dos tristes Mercedes y un McLaren errático en la estrategia. Ferrari sí acertó con la estrategia que llevó a Leclerc a remontar cuatro plazas, y a Carlos a contar todas sus carreras de 2024 con trofeos. El madrileño tiene la sartén por el mango y no todos los circuitos serán para Red Bull esta temporada, como ya demostró en Australia.
De la salida a la bandera roja apenas transcurrieron un puñado de segundos. Delante no hubo sustos ni cambios de posiciones, pero detrás Ricciardo perdió el control al abrirse hacia la derecha antes de la curva 3 y el movimiento arrastró a Albon. Los dos chocaron con violencia contra la barrera de neumáticos, afortunadamente sin daños para los pilotos. De ahí, todos al pit-lane a esperar que los esforzados comisarios nipones apilasen de nuevo las ruedas. Para la segunda arrancada, de nuevo en parrilla, apenas hubo cambios de estrategia. Alonso (5º) con la blanda; Hamilton (7º) con la dura y el resto con la media. Semáforos apagados y a correr: Verstappen, Pérez, Norris, Sainz y Alonso, el top-5 entonces.
Pronto se vio en el primer
stint que adelantar en la pista sería imposible sin ventaja de ruedas, así que empezó el juego del undercut. Norris adelantó su pit-stop. Red Bull, Carlos y Fernando (en su caso, en otra liga) pararon cuando tocaba. Leclerc y los Mercedes retrasaron la suya. De ahí que fuera una carrera abierta. Los Mercedes, con la goma dura, se convirtieron en
chicanes rodantes a los que pasaban sin dificultades. El muro incluso ordenó a Hamilton que se dejase pasar por Russell. El campeón cuestionó la estrategia (no el intercambio). Para un día que Red Bull, Ferrari, McLaren o incluso Aston parecían entonados, las flechas
de plata eran humilladas. Entre esos adelantamientos, brilló Pérez con una pasada memorable a Hamilton en la 130R que una vuelta más tarde replicó sobre Russell.
Estrategia. Ferrari dio una inteligente lección con la gestión de la carrera. Leclerc paró tan tarde (vuelta 26) que lo hizo a la vez que Norris por segunda vez. Así bloquearon la mayor amenaza por el podio. Sainz, con la estrategia contrapuesta, cazó a ambos a diez vueltas del final con una goma mucho más fresca y los adelantó sin dificultades. Así, el madrileño logró su tercer podio de la temporada en tres carreras (se perdió Arabia) y cruzó la meta por detrás de los inalcanzables Red Bull. Terminó justo por delante de Leclerc, que había salido octavo y solventó el domingo a base de ritmo. Norris cayó del tercero en parrilla al quinto en la meta, porque McLaren degrada más y, posiblemente, elige peor.
Y sexto llegó Alonso. Regaló otra de esas carreras de maestro relojero cuidando el ritmo hasta límites inalcanzables. El más listo de la clase con un Aston Martin que no está para mucha fiesta. En el rush final tomó aire gracias a la fiera defensa de Piastri sobre Russell, el piloto en el que el cartel está más descompensado con respecto a sus propias prestaciones. El inglés, con goma nueva, no pudo hasta la última vuelta contra un firme Piastri. Con el asturiano no llegó ni a intentarlo. Porque la carrera no tuvo mucha más historia: Red Bull hizo lo que se esperaba, Ferrari maximizó los puntos, Alonso se coló entre dos McLaren que aún no están maduros… y Mercedes fue vapuleado. La buena noticia para los 100.000 entregados asistentes: un aguerrido Tsunoda cerró el top-10.
Alonso
Salva el 6º con un Aston inferior con el que bate a Mercedes y Piastri
Acción
Ricciardo se choca con Albon, y Tsunoda es décimo en casa