Tiger estrena pelaje: “Ya no soy el que era”
■ La primera vez que Tiger Woods, por entonces un imberbe golfista amateur de 19 años, apareció en el Masters de Augusta, en 1995, no había ningún logotipo en su ropa más allá del de la Universidad de Stanford. Dos años después, en su tercera edición, la de la primera de sus cinco victorias, ya lucía en su pecho el swoosh de Nike, que le acompañaría ininterrumpidamente hasta que la marca y la leyenda se divorciaron el pasado enero. Por primera vez en 27 años el Tigre tiene pelaje nuevo: el de Sun Day Red, la marca que remite a su característico polo rojo de los domingos, que ha sacado al mercado en colaboración con TaylorMade, su actual proveedor de palos.
Con nuevo (y estiloso, por qué no decirlo) armario afronta el californiano la que será su 26º salida en el Augusta National, en el quinto aniversario de su última chaqueta verde, la que cerró el capítulo de la redención tras años perdidos de escándalo en escándalo, de lesión en lesión. “Ya no es lo que era”, reconoce resignado el Tigre, que no juega desde que se retiró del Genesis en febrero, sobre su maltrecho cuerpo en vísperas de uno de los grandes desafíos físicos de este deporte, el subir y bajar constante de este diseño.
Si excluimos por improbable (aunque se ve con carrete para “un triunfo más”) la posibilidad de verle empatar con Nicklaus en lo más alto del palmarés, un objetivo factible es pasar el corte. Sería su 24º seguido, récord del torneo. “Eso habla de consistencia, longevidad y entendimiento de cómo hay que jugar aquí”. Y tanto.