El Sevilla sigue en auge
Las Palmas, con uno menos durante 84 minutos por la expulsión de Coco ● Los andaluces avanzan en la tabla
Partido de extremos en el que Las Palmas tuvo una doble sentencia. La primera, con la expulsión de Coco nada más empezar. La segunda, con el gol de Lukebakio en el añadido. Los insulares se toparon así con una imposible lucha contra los elementos y con la rudeza de un conservador Sevilla que jugó a no perder y se fue habiendo sacado petróleo de Gran Canaria.
De pronto, nada más empezar, partido nuevo. Muñiz Ruiz pensó que quizás Coco debía ser expulsado por un encontronazo con Gudelj pero, claro, para que no le echaran la culpa sólo a él se fue al VAR para sentirse arropado y echó al central de Las Palmas cuando no se habían jugado ni cinco minutos. Ahora sí, el Sevilla intentaba tener el balón, cedido descaradamente antes de la expulsión, pero apenas creaba peligro.
Para los andaluces era cuestión de tiempo encontrar algún hueco en la defensa de Las Palmas, cuyos futbolistas se multiplicaban en un evocador ejercicio de solidaridad que no impidió que Isaac, por dos veces, errara ante Escandell. Tuvo incluso la hueste insular una buena ocasión, pero a Moleiro le salió mal el disparo con la izquierda. También la pudo tener si Muñiz Ruiz hubiera pitado algo cuando Ramos arrolló a Kirian en el área. Cuando parecía que el 0-0 se daba por bueno antes del descanso, En Nesyri metió la cabeza a un buen centro de Gudelj para adelantar al equipo hispalense.
Conforme. Parecía conformarse el Sevilla con el 0-1. Insistía Las Palmas, especialmente por el costado de Moleiro, pero sin ocasiones claras. Tuvo que ser un exsevillista como Sandro quien, desde la frontal del área, probara una suerte que también le birló Nyland tras un duro disparo de falta. Con el tiempo consumiéndose se lanzaron los locales a por un empate que se demostró imposible. Ya en el descuento, en una contra, Lukebakio hizo el definitivo 0-2 con el que el Sevilla prosigue su ascensión.
Muñiz Ruiz Pudo pitar penalti cuando Ramos arrolló a Kirian