El Mini que ya tiene muy poco de Mini
El Countryman se ha renovado por completo; la versión JCW vuelve a estar en lo más alto de la oferta como un SUV muy potente y con un talante claramente deportivo
Mini afronta un proceso de renovación completa de su gama y el Countryman, su modelo con formato SUV, acaba de beneficiarse de esta evolución en todos los aspectos. Es un coche de tamaño mucho mayor al que se suele asociar con las propuestas clásicas de la marca, en todas sus cotas. De longitud mide 4,4 metros mientras que el diseño ha cambiado especialmente en la zona posterior.
La distancia entre ejes también es mayor, lo que repercute en una buena habitabilidad, al menos para cuatro ocupantes. El maletero cubica 440 litros, inferior en el JCW al de otras versiones por el espacio que requiere su escape. En el interior se respira un estilo minimalista, con un salpicadero despejado ya que toda la información y muchos controles se centralizan en la habitual pantalla circular de la marca.
Los acabados del Countryman dan una sensación más de funcionalidad y sostenibilidad que de lujo. Con todo, los remates y equipamiento están a buen nivel. La conectividad ofrece muchas posibilidades y los asistentes a la conducción son los habituales en coches de su posicionamiento.
Las variantes John Cooper Works (JCW) son las más potentes y prestacionales de la oferta de Mini y esta no es una excepción. Sin ningún tipo de electrificación, el motor de cuatro cilindros, dos litros de cubicaje y turbo entrega nada menos que 300 CV. Se transmiten a las cuatro ruedas y el cambio es automático.
Mini limita la velocidad de este JCW a los 250 km/h, mientras que acelera de 0 a 100 km/h en sólo 5,5 segundos, un registro destacable para un coche de su configuración. El consumo homologado es de 7,8 litros a los 100 kilómetros, pero es bastante fácil acercarse a los 10.
El Countryman hace tiempo que dejó de disfrutar de las reacciones directas y rápidas de los Mini. Ahora es muy parecido a un SUV, aunque en el caso del JCW se aprecia su talante deportivo con unas suspensiones firmes que generan menos balanceos, unos frenos muy capaces y, sobre todo, las satisfacciones que pueden deparar sus 300 CV.