Colapso azulgrana
El Olympiacos roba el factor cancha ante un Barça al que le faltaron soluciones en ataque
En un partido de playoff entre dos de los mejores equipos de Europa y con un final (y un desarrollo) igualado los detalles marcan la diferencia. Ese triple que culmina una remontada, ese tiro libre que iguala un partido, ese robo que permite anotar dos posesiones seguidas. Y la sensación en el Palau fue que todos esos detalles se los llevó el Olympiacos. No fue una cuestión de suerte ni de árbitros (con los que se enfadó buena parte del Palau), sino más bien una combinación de un físico imponente y un acierto determinante en los momentos claves. Todo lo contrario de un Barça que hizo cosas bien, otras no tanto, pero que vivió siempre al límite de salirse del partido. Se agarró como pudo a las esperanzas que le dieron los minutos de Ricky y los triples de Abrines, pero no fueron suficientes para tumbar a un Olympiacos sólido que pone la eliminatoria a su favor. Bartzokas manejó mejor su plantilla y, pese al naufragio de Walkup, Williams-Goss y Cannan encontraron la manera de superar a los azulgranas. En defensa, siempre supieron cómo complicarle la vida al Barça. Si los azulgranas quieren estar en la Final Four deben cuidar mucho más esos detalles y mejorar tácticamente en ataque. Y tienen que ganar en Atenas.
El Barça arrancó nervioso el partido. Con el brazo encogido, atenazado, falló los primeros cinco lanzamientos a canasta. Un hándicap que no fue tan grande en el marcador (4-8) como en el parqué. El Olympiacos logró imponer su juego, calmar el partido y buscar siempre a Fall por dentro. Ninguno de los dos estuvo fino por fuera, de ahí el marcador tan bajo, pero era evidente que el Barça necesitaba cambiar muchas cosas para competirle bien a los griegos.
El primer signo positivo azulgrana lo protagonizó Jabari Parker, que asumió la responsabilidad de liderar a su equipo en ataque. El segundo, Ricky y Jokubaitis. Revolucionaron el encuentro. Lo aceleraron. Lo volvieron loco. Lograron ahora ellos imponer su plan de partido (25-23). No duró mucho. El Olympiacos logró meter al Barcelona otra vez en el cauce que le llevaba hacia la victoria (35-44).
El choque siguió inclinándose a favor del Olympiacos. Las posesiones se alargaron y los visitantes estuvieron más acertados. Especialmente Williams-Goss, que fue un dolor de muelas para un Barça incómodo que pudo perder el partido mucho antes del final (47-60). Pero resistió. Al borde de la lona, todavía fue capaz de asestar algún golpe duro a su oponente. Y siguió de pie. Peleando, a rachas, llegó a acercarse, a disputar el partido, a tener opciones claras de ganar el encuentro a un minuto del final (72-75).
Pero el Barça, una vez más, falló en el momento clave. Un mal pase de Laprovittola, una falta a destiempo, un fallo desde el tiro libre… demasiados detalles que le penalizaron. Les faltó, como durante toda la noche, claridad en ataque. Colapsaron en el momento clave.