El Leganés, contra el miedo a caer del ascenso directo
El Zaragoza, sin ganar en Butarque
El vocabulario caprichoso del fútbol convierte palabras en lo que no son para luego dejarlas como estaban. Este Leganés-Zaragoza, por ejemplo, no es una final… pero lo es. Grande, muy grande especialmente para los madrileños. Menos para los aragoneses, intercambiados en papeles históricos.
El seis veces campeón de Copa ha tenido que recurrir al técnico con el que reinó en Europa hace 29 años para sobrevivir en Segunda mientras su modesto rival lleva acaudillando el liderato durante 25 jornadas consecutivas.
En ésta podría perderlo. E incluso caer del ascenso directo. Ahí nace la urgencia del Leganés, bloque yermo de victorias y goles en las últimas cuatro jornadas, todas con 0-0. Dice Borja Jiménez que el empate hoy “no les convencerá”. Discurso ambicioso que aparca el mantra del ‘portería a cero’ para aspirar a un único verbo: ganar. No será sencillo. Las bajas aprietan, aunque no se sabe cuáles. Se ha blindado entrenos y el técnico, escondido sus cartas para recuperar su puntería. En las últimas cinco jornadas el líder sólo ha visto puerta dos veces.
El rival invita al optimismo histórico. Porque el Zaragoza nunca ha ganado en Butarque. Cuatro derrotas y dos empates. Ahora tras ganar en Huesca (1-2) y de tener medio resuelta su permanencia, el equipo aragonés se siente capaz de protagonizar la sorpresa de la jornada. No estarán el sancionado Mouriño, cedido por el Atlético de Madrid, y el lesionado Lecoeuche, lo que propiciará la titularidad de Zedadka y de Jair. No se presumen más cambios en el once del zaragozano Víctor Fernández.