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“El Madrid verá la ‘cara Champions’ del Bayern” Effenberg

- J. C. MENZEL LA ENTREVISTA —¿Pero?

Stefan Effenberg (Niendorf, 1968), mítico centrocamp­ista del Bayern, atiende a AS antes de la ida de semifinale­s de la Champions entre el equipo alemán y el Madrid. El excapitán de los bávaros, consciente de que los de Ancelotti parten con favoritism­o, advierte de tomarse a la ligera al hexacampeó­n de Europa.

—El Bayern contra el Madrid. ¿Alguna imagen que se le venga a la mente?

—Partidazos. Tuve la suerte de jugar y ganar muchos. Y la mala suerte de perder algunos. Lo que guardo en la memoria fueron duelos apasionant­es en los mejores estadios del mundo. Junto al United, fuimos los dos equipos que peleaban por la Orejona a finales de los 90 y principios de los 2000. La rivalidad era enorme, pero siempre hubo respeto. Por lo general son recuerdos preciosos. —¿Tiene también alguno menos agradable?

—Recuerdo que recibí el impacto de un mechero en el Bernabéu, pero tampoco me afectó demasiado. Desafortun­adamente, este tipo de cosas fueron y seguirán siendo parte del fútbol. Lo que más me llegó a sorprender en Madrid fue el hecho de saltar a calentar con las gradas prácticame­nte vacías. Después nos cambiábamo­s en vestuarios y, al regresar al terreno de juego, no cabía un alfiler. Se llenaba en cuestión de minutos. El ambiente, tanto en Madrid como en Múnich, era algo memorable.

—¿Había algún jugador al que no le gustaba enfrentars­e en aquella época?

—Hierro fue un futbolista excepciona­l. Raúl, también. La verdad es que no recuerdo muy bien quién solía ser mi rival directo en el centro del campo en aquella época. ¿Puede ser que fuese Guti?

—E Iván Helguera.

—Cierto. Era un tipo duro, pero me encantaba enfrentarm­e a él. Eran partidos que mantenían en vilo a todo el mundo. Y eso me chiflaba.

—Las últimas tres eliminator­ias se las llevó el Madrid. ¿Ha ido a menos la rivalidad?

—En absoluto. A partir de semifinale­s no hay favoritos. La clave es tener a todos los jugadores al 100% y saber encontrar la balanza entre motivación, tranquilid­ad y confianza en uno mismo. Lo que no tiene absolutame­nte nada que ver son los números o las estadístic­as. Es un capítulo más de esta gran historia que es el Bayern-Madrid y lo que ha ocurrido hasta ahora no cuenta. Lo único que puede jugar mínimament­e a favor del Madrid es que la vuelta se juega en su casa, pero creo y espero que no sea un factor determinan­te en la eliminator­ia.

—¿Cómo se explica la hegemonía del Madrid en la Champions a lo largo de la última década?

—La verdad es que todos pensamos que con la marcha de Cristiano terminaría una era, pero no fue así. Creo que la clave está en la estabilida­d que le siguen dando jugadores como nuestro Toni Kroos, Luka Modric o Antonio Rüdiger. Todos ellos dotan al equipo de mucho equilibrio y eso es lo que termina marcando la diferencia. —Muchos piensan que la tarea más complicada ya se llevó a cabo cuando el Madrid eliminó al Manchester City. —Yo no lo firmaría. Sobre todo teniendo en cuenta que el Madrid tuvo suerte. Cuando te impones en una tanda de penaltis, no queda otra que admitir que tuviste esa pizca de fortuna a tu lado. En esto del fútbol también la necesitas, pero yo no diría que el City fue el hueso más duro. En este deporte todo depende de muchos factores que, a veces, son incontrola­bles, independie­ntemente de la calidad que pueda tener un equipo. Después de la ida entre PSG y Barça todos daban a los de Xavi por clasificad­os y mire lo que ocurrió. Por tanto evitaría autoprocla­marme favorito.

—¿No le sorprende que el Madrid siempre esté ahí en los momentos más cruciales? —Son un equipo con muchísima experienci­a, sobre todo en el centro del campo. Y arriba tienen a jugadores con mucha creativida­d. No cabe duda de que el Madrid se ha ganado el respeto que le tienen en todo el mundo durante muchos años sobre el terreno de juego. Pero…

—Pero no cuenta en estos dos partidos. El Bayern es el Bayern y va a aceptar el reto, sobre todo teniendo en cuenta cómo le ha ido la temporada tanto en la Bundesliga como en la Pokal (la Copa de Alemania). El Bayern va a afrontar la eliminator­ia con mucha ilusión y eso le puede convertir en un rival muy peligroso.

—¿Qué le ha pasado al Bayern estos últimos años?

—Creo que en el club se dieron cuenta hace mucho de que había que iniciar un cambio de ciclo y se optó por instalar a Oliver Kahn y Hasan Salihamidz­ic en la planta noble. Después se rectificó, pero la necesidad de renovación seguía ahí después de una temporada pasada en la que sólo se proclamaro­n campeones porque el Dortmund pinchó en la última jornada. No creo que haga falta una revolución, pero sí urge tocar alguna tecla. Es importante acertar con el técnico. Hay que ponerse de acuerdo en cuanto a una filosofía. Pero calidad sigue habiendo. Al Bayern, tanto a nivel nacional como internacio­nal, siempre hay que tenerlo en las quinielas.

—Sorprende que Nagelsmann y Tuchel duraran tan poco. —Desconozco los detalles y el porqué. Lo que sí es cierto es que existe un consumo de técnicos importante desde hace unos años, por lo que estoy convencido de que la próxima apuesta de los responsabl­es estará enfocada en encontrar a alguien que vuelva a marcar una época en Múnich. Para los jugadores, el club y su imagen es clave dar con la tecla en el banquillo.

—Ancelotti tampoco duró mucho en el Allianz.

—Jamás entendí por qué no funcionó. Ancelotti reúne experienci­a, liderazgo y ese don a la hora de gestionar vestuarios repletos de estrellas. Era perfecto para el Bayern. Pero no hay mal que por bien no venga: creo que está disfrutand­o de lo lindo en Madrid. No lo creo, es que se nota.

—¿Hubiese encajado Xabi Alonso en el proyecto?

—Con total seguridad. De hecho es algo que para nada está descartado en un futuro. Acertó de pleno con su decisión de seguir en Leverkusen, simplement­e porque sigue siendo un entrenador muy joven y el BayArena es el lugar idóneo para seguir ganando experienci­a. Como mínimo le quedan 20 o 25 años por delante en los banquillos, con lo cual estoy seguro de que se hará cargo del Bayern algún día. —También ha sonado para el Madrid en el futuro.

—Un entrenador como Xabi encaja en todos lados. En Liverpool, en Madrid y en Múnich. Pero no me canso de decirlo: lo mejor que pudo hacer fue quedarse en Leverkusen. No me gustan esos técnicos que cogen carretera y manta después de un año y teniendo un contrato en vigor. Al final, uno se compromete con el club, los aficionado­s y los jugadores, por lo que su decisión dice mucho de su carácter. Se le tiene mucho aprecio aquí.

—¿Cómo afrontaría Effenberg estos dos partidos si siguiera en activo?

—Como siempre, centrándom­e en los principios básicos del fútbol. Lucha. Pasión. No perdonar ni un solo metro. Plantarle cara a tu rival. Y funcionar en equipo. Si no partes de esa base, salvo milagro, abandonará­s el terreno de juego como perdedor. Así fue en mi época y no ha cambiado en la actualidad. Y tenga una cosa muy clara.

—¿Sí? ¿Cuál?

—El Real Madrid también le tiene mucho respeto al Bayern de Múnich. Y es normal visto lo visto en Europa. Firmaron una fase de grupos inmaculada. Remontaron ante la Lazio. Y brillaron en los dos partidos frente al Arsenal. En Madrid pueden dar por hecho que le verá la cara de Champions al Bayern, no la cara de la Bundesliga. —Solo puede quedarse con uno: ¿Musiala o Bellingham? —(Risas) Por motivos obvios me quedo con Musiala. Pero tampoco le diría que no al otro.

Stefan Effenberg (Niendorf, 1968) es una leyenda del Bayern y del fútbol alemán. Vivió en primera persona varios duelos contra el Real Madrid. Los recuerda con AS.

Recuerdos “Hierro era excepciona­l, como Raúl. Y Helguera era un tipo duro”

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“El Madrid tuvo suerte ante el City. Yo evitaría creerme el favorito”

Ancelotti “Jamás entendí por qué no funcionó lo suyo en el Bayern. Era perfecto”

—Jude ha caído de pie en el Santiago Bernabéu.

—Es brutal lo que ha crecido en un año. Muchos pensaban que le podía costar dar el paso del Borussia al Madrid, pero él mismo se ha encargado de poner a prueba que es un jugador de talla mundial. Recuerdo verle recién aterrizado en Dortmund y decir que iba a marcar una época. En el BVB ya se veía que, muy a pesar de su corta edad, estaba hecho de otra pasta.

—Antiguamen­te, este tipo de jugadores que triunfaban en Alemania solían terminar en el Bayern.

—Conozco muchos jugadores que se fueron a Inglaterra o prefiriero­n el Calcio en su momento. Si quiere decir que el Bayern ha dejado de ser atractivo, he de decir que discrepo por completo.

—La marcha que quizás pudo doler más en Múnich fue la de Kroos, al Madrid en 2014. —Totalmente. Su palmarés habla por sí solo y ahora ha vuelto a la selección para echar un cable. No cabe duda de que Toni acertó de pleno cuando decidió dar el paso al Madrid. Ha sido y sigue siendo

un jugador diferencia­l como lo puede ser Vinicius en otra demarcació­n. La verdad es que no entiendo el debate en torno a su figura. Es titular indiscutib­le en un club como el Real Madrid. ¿Que no es el tipo más extroverti­do? Bueno, los hay en todos lados. Lo que ocurre es que es muy bueno.

—Y en breve llega Mbappé. —¿Seguro?

—Tiene toda la pinta. —Bueno, en ese caso estaremos al principio de otra era. Pero la competenci­a no duerme. Bayern, City y compañía seguirán ahí. El Madrid será favorito a todo, pero la llegada de Mbappé no le convierte en invencible. Cuando Pep Guardiola llegó al City, todo el mundo daba por hecho que iba a ganar la Champions todos los años y, de momento, lleva una. —Alphonso Davies también parece querer poner rumbo al Madrid, y hace menos de tres años lo hizo Alaba. ¿Por qué ya no logra retener el Bayern a jugadores, como ocurrió en su día con Ribéry o Lewandowsk­i?

—Bueno, Alaba se marchó después de haber marcado una época y haberlo ganado todo con el Bayern. Me parece normal que quisiera abrir un nuevo capítulo en su carrera y vestir la camiseta del Madrid. Por ponerle un contraejem­plo: Xabi Alonso ha preferido la Bundesliga. Depende de cada uno.

—¿Usted llegó a rechazar una llamada de Madrid?

—Sí, pero del Atlético. Me llamó Jesús Gil, el padre. Mantuvimos buenas conversaci­ones, pero al final no se dio. Fue después de mi etapa en el Bayern y creo que lo más sensato fue no hacerlo. Pero me encanta Madrid, es una ciudad espectacul­ar y se come de lujo.

—¿Y qué plato espera para esta semifinal?

—Prórroga y el Bayern pasa en los penaltis.

Atlético

“Pude ir allí, hablé con Gil padre. No se dio, pero me encanta Madrid”

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Effenberg, durante un acto público en 2023.

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