Gatillazo de campeón
El PSG empata con el Le Havre y tendrá que esperar para ser campeón ● Los de Luis Enrique lo serán hoy si el Mónaco no gana al Lyon
El PSG no pudo proclamarse campeón en su estadio después de empatar 3-3 contra el Le Havre, equipo en descenso y que afrontó el partido con la intensidad que le faltó al líder de la Ligue 1 durante los 90 minutos, pensando en la Champions de esta semana. A pesar del empate, hoy podrá ser campeón si el Mónaco no gana en el campo del Lyon (ya lo es virtualmente porque tiene una diferencia de goles respecto a los monegascos de 29 tantos).
El equipo de Luis Enrique salió al partido pensando en Dortmund y no en que podía proclamarse campeón de la Ligue 1. El asturiano hizo muchas rotaciones, volviendo a sentar a Mbappé, que únicamente, en el campeonato doméstico, ha disputado completos dos de los últimos nueve encuentros, denotando que ya no es imprescindible, al menos en liga, para el PSG.
El Le Havre, que comenzó la jornada en descenso y era uno de los peores ataques del campeonato, entró al campo, a diferencia del PSG, a jugar el partido como una final. El planteamiento de Elsner, con cinco defensas, surtió efecto, ya que Operi, que era carrilero izquierdo, aprovechó la espalda de Achraf para batir a Keylor y poner el 0-1.
La zozobra parisina era total, aunque en una jugada aislada, después de una segunda llegada de Zaïre-Emery, recién renovado hasta 2029, Barcola, a puerta vacía, empataba la contienda. El tanto fue un espejismo, porque el Le Havre, en otra transición rápida, esta vez por un gran movimiento de Ayew, exjugador del Marsella, volvía a ponerse por delante en el marcador.
Luis Enrique no pensó ni un segundo en hacer cambios. Entraron Mbappé, Kang-in Lee y Asensio tras el descanso, síntoma de que el equipo titular no había funcionado. Pero, para estupor del Parque de los Príncipes, el Le Havre aumentó su ventaja. Danilo midió mal en un duelo con Nego y el árbitro, que señaló córner en primera instancia, rectificó su decisión y señaló pena máxima. Touré no perdonó y consumó el 1-3.
El partido lo cambió Gonçalo Ramos, un delantero infravalorado que está siendo decisivo siempre que le saca Luis Enrique. El portugués asistió a Achraf en el 2-3 y marcó, de cabeza, el empate a tres, que no permitió el alirón del PSG, que esperará el pinchazo del Mónaco en Lyon para ser campeón.
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