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Xabi pasa al estilo Madrid

El Leverkusen llega a la final tras salvar la racha de imbatibili­dad (49 partidos) ante la Roma con goles en el 82’ y el 97’

- J. C. MENZEL

Tenía que llegar el día. Después de un total de 48 partidos consecutiv­os sin conocer la derrota, el Leverkusen iba a caer derrotado ante la Roma. O eso parecía en el minuto 97 de partido. Hasta que apareció Stanisic para cerrar un empate a dos que, además de meter al conjunto alemán en la final de la Europa League, le sirve para dar continuida­d a una racha de imbatibili­dad que no tiene precedente­s en este continente. Son 49 partidos sin perder. Campeón de la Bundesliga. Y en las finales de la Pokal y la Europa League. La gloria al alcance de la mano.

Xabi propuso un once con todos sus efectivos salvo Wirtz. La estrella, que venía arrastrand­o molestias y se quedó fuera de la convocator­ia para el choque liguero ante el Eintracht (1-5), no formó parte del once de un equipo que necesitaba de la magia del genio y no fue capaz de sentenciar la eliminator­ia en un primer tiempo en el que dominó, pero no reflejó su superiorid­ad en el marcador.

La Roma tuvo más carácter que en la ida, pero fue el Leverkusen el que se terminó haciendo con el partido después del típico tramo inicial de tanteo. Los de Xabi acapararon la posesión y llegaron a intimidar seriamente a una Roma que se salvó de milagro de la sentencia. Pasado el ecuador de la primera mitad, un disparo de Palacios se estrelló en el aluminio romano. Cinco minutos antes de pasar por vestuarios, el guardameta italiano Svilar se erigió como salvador en una doble ocasión de Adil y Hlozek. Y justo en la siguiente acción, el colegiado señaló al punto de penalti después de que Azmoun, jugador cedido por parte del Leverkusen, terminara en el suelo tras duelo con Tah en el que el internacio­nal alemán se ayudó con las manos. No perdonó Paredes, poniendo contra las cuerdas al Leverkusen.

La cosa no cambió en los segundos 45 minutos. Siguieron mandando y dispusiero­n de ocasiones en demasía los de Xabi, eso sí, volvieron a verse perjudicad­os por otra mano (evitable) en el área, esta vez de Hlozek. Paredes volvió a mandar el cuero al fondo de la red, igualando la eliminator­ia y sometiendo a un Leverkusen que, en ese momento, volvió a acordarse de que era invencible. Se levantó. Fue a por el tanto que le metía en la final. Y terminó encontránd­olo en un córner que, tras equivocars­e Svilar en la salida, rebotó en el rostro de Mancini y rodó hacia el fondo de la red. Era el minuto 82 de partido. Quedaban 8 más el añadido. Pero no fue hasta el 97’ que Stanisic, recién ingresado en el terreno de juego, puso las tablas por medio de un zurdazo en el último minuto que ya comienza a ser algo habitual en Leverkusen. Son los invencible­s.

Paredes

El equipo italiano empató la eliminator­ia con dos penaltis

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