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Pasarela de porteros

Mamardashv­ili reaparece con su futuro en el aire ante un Dimitrievs­ki que gusta en Mestalla como sustituto

- CONRADO VALLE

La Quinta del Pipo sigue sin dar su brazo a torcer. A pesar de sus tres derrotas consecutiv­as, los de Baraja se han ganado el derecho a soñar por Europa y con ese espíritu reciben al Rayo, que sigue sin tener plaza segura en Primera la temporada que viene. A tales postulados colectivos se le suman al partido dos nombres propios, ambos de profesión portero. Uno es Mamardashv­ili, cuyo futuro es incierto y a quien pueden verle por última vez en vivo aquellos aficionado­s blanquineg­ros que secunden contra el Girona (último partido en casa) el vaciado de Mestalla que promueve LibertadVC­F como protesta a la gestión de Lim. El otro es Dimitrievs­ki, que hace oídos sordos a la oferta de renovación del Rayo, donde dan por hecho que será quien sustituya a Mamardashv­ili.

Dimitrievs­ki se pondrá a prueba en Mestalla contra Hugo Duro y Yaremchuk. El primero, siempre que no vea una tarjeta en alguno de ellos porque está apercibido, tiene cuatro partidos por delante para acabar la Liga como máximo goleador español. Desde que se fuera Rodrigo Moreno, nadie en el Valencia había marcado más de 13 goles en una temporada, que son los que lleva Hugo Duro, dos menos que Borja Mayoral y a solo uno de Álvaro Morata. Al madrileño le podría acompañar de inicio en el ataque Yaremchuk, una tanqueta que quema sus últimos cartuchos con la camiseta del Valencia. Si bien él quisiera quedarse, el Brujas difícilmen­te ponga tantas facilidade­s económicas este verano como hiciera el pasado.

Mamardashv­ili vuelve tras cumplir sanción por su expulsión en Barcelona. Sin él, el Valencia encajó cuatro goles en 135 minutos en la segunda parte de Montjuïc y en el partido contra el Alavés, que son las mismas veces que el georgiano sacó el balón del fondo de su red en los 585 minutos anteriores. Mamardashv­ili es por muchas cosas nombre propio en este Valencia de La Quinta del Pipo, aunque la preocupaci­ón de Iñigo Pérez está más en la acuciante falta de gol de los suyos que en quién tenga enfrente. Este Rayo es el menos goleador de la historia (27 goles, 0,7 por partido). Se ha quedado sin marcar en 16 de las 34 jornadas y tiene la peor eficacia cara a puerta en Primera de la década (18%).

Objetivos El Valencia no descarta Europa; el Rayo busca la salvación

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Dimitrievs­ki, durante el calentamie­nto previo a un partido del Rayo.

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