Regreso al Eurocentrismo
Los que nacimos en el 66 (cuando el Pontevedra fue líder de Primera, que ya sé que no viene al caso, pero me apetece recordarlo) nos forjamos en el complejo de inferioridad germánico. Ese año nos derrotó en el Mundial de Inglaterra y a partir de ahí solo recordamos derrotas y derrotas hasta el cabezazo de Maceda en la Eurocopa del 84. El central del Sporting podía pasar por teutón, Rubius, Altius y Fortius, que diría Julio César, cuando dobló con su testarazo las manos de Schumacher en el último minuto. En 1988 nos volvieron a ganar en otra Eurocopa y desde entonces cuentan por derrotas sus partidos ante los herederos de Alfredo Landa. Con Italia nos pasaba algo parecido. Mussolini nos eliminó en el 34, cuando metieron a Zamora a hostia limpia en la portería tras un centro que blocó, para forzar el partido de desempate al que acudimos diezmados. Cualquiera le llevaba la contraria al Duce, y menos un árbitro sin VAR, pero también a los trasalpinos acabamos embridando, primero a base de penaltis y luego de goleadas. Por idénticas razones Francia nos parecía inalcanzable desde aquella falta inexistente que pitó Christoff, lanzó Platini y se coló bajo el sobaco de Arconada, el héroe ante Alemania ese año 84, incluyendo una parada a Rummenige que puede competir con la de Banks en México 70 como la mejor que haya realizado nunca un guardameta. También a los galos acabamos por tumbar en una Eurocopa.
Esta Eurocopa ha certificado el regreso al Eurocentrismo. Tres campeones del mundo en semifinales (Francia, Inglaterra y España) y una trisubcampeona, Holanda, sí, Holanda, no Países Bajos. Si de niños tres córneres eran un penalti, tres finales tienen que equivaler por fuerza a un mundial. A todos hemos ganado. Solo nos queda ya derribar la verja de Gibraltar, como se echa abajo la puerta de un vestuario. En el 96 debimos hacerlo, pero un árbitro francés nos anuló dos goles legales. Cruzo los dedos por llegar a la final y que también lo hagan los isleños. Y cuando llegue ese día, Que Dios Salve a Inglaterra.
A todos hemos ganado. Solo nos queda ya derribar la verja de Gibraltar