Koeman, enemigo nº 1
El técnico protagonizó un polémico duelo que dejó fuera del Mundial 94 a Inglaterra ● Y la fastidió en Alemania 88
Sí, me tendrían que haber echado después de esa falta sobre David Platt. Pero...”. En ese pero de Ronald Koeman cabe la ira contenida de millones de ingleses enfadados, el 13 de octubre de 1993. Países Bajos se imponía a Inglaterra en Róterdam (2-0) y aquel resultado, protagonizado en muchos momentos por el ahora seleccionador de la Oranje, significaba la ausencia de los Three Lions en Estados Unidos 1994, el último Mundial al que han faltado hasta hoy.
Koeman agarró a Platt dentro del área pero el árbitro alemán Karl-Josef Assenmacher sacó la infracción al borde de la medialuna y solo mostró amarilla al entonces líbero neerlandés, que había abortado una clara ocasión de gol. Assenmacher afirmaría después que fue uno de sus asistentes el que lo despistó al asegurarle que la falta se había producido fuera del área. La jugada, y otra que vino después, quedarían para siempre en el imaginario de errores de la selección inglesa.
También Ronald, minutos más tarde, anotaba de falta directa el 1-0 que encarrilaba la victoria para la selección local, en una falta que entró a cámara lenta ante la mirada del guardameta inglés David Seaman. Bergkamp sentenció minutos después y consumó el tremendo trauma para una generación de aficionados británicos, además de un estigma eterno para el entonces seleccionador Graham Taylor, ya fallecido, que vivió en aquel encuentro de De Kuip su particular Waterloo. Taylor dimitió semanas más tarde, en noviembre, cuando se consumó el desastre histórico de Inglaterra, que inspiró un famoso documental llamado The Impossible Job (El trabajo imposible).
No era la primera vez que Koeman se enfrentaba ni, tampoco, amargaba a Inglaterra. Camino precisamente del único gran torneo que Países Bajos tiene en sus vitrinas, la Euro de Alemania 1988, una de las mejores selecciones Oranje de la historia pasaba por encima de los Three Lions en la segunda jornada del Grupo B. El 1-3 con hat-trick de Marco van Basten dejaba sin opciones a los ingleses de clasificarse para las semifinales de aquel torneo y catapultaba a los neerlandeses, con Ronald como indiscutible defensa, hacia el título en el Olympiastadion de Múnich.
Taylor
Aquel envite de 1993 provocó la destitución del técnico inglés