Estrés en la tierra
Pogacar ataca en el gravel, pero no distancia a sus rivales ● Vingegaard y Evenepoel sobreviven a dos averías
Anthony Turgis, francés de 30 años, logró la victoria de su vida en una de las etapas estelares del Tour 2024, la temida jornada del gravel, que deparó un espectáculo inédito. Quizá el nombre del ganador no diga mucho, porque nunca confirmó lo que prometía de joven, cuando ganó la Lieja-Bastoña-Lieja Sub-23 o fue bronce en el Mundial de esa categoría, pero ahora hay que subirle a los altares, porque inscribió su nombre en un recorrido tremendo. Turgis remató la fuga en un esprint donde el campeón de España, Alex Aranburu, entró cuarto. Javier Romo, en la misma escapada, fue séptimo. Un buen día para el Movistar, que tuvo a un tercer hombre delante, Oier Lazkano, pero no pudo o no supo rematar la faena, en una fecha tan especial como San Fermín.
La etapa del gravel, sterrato en su original denominación italiana, era una de las jornadas más esperadas de este Tour, que Remco Evenepoel llegó a calificar como “uno de los eventos deportivos del año”. No fue para tanto, porque deportes y eventos hay muchos, pero sí brindó un espectáculo singular. La Grande Boucle proponía por primera vez un recorrido por Caminos Blancos, las rutas agrícolas: un total de 32 kilómetros repartidos en 14 tramos, al estilo de los tradicionales trazados sobre pavés. La tierra es una aportación relativamente nueva, aunque inspirada en la añeja competición en blanco y negro. De ahí ha surgido, incluso, una emergente modalidad en el calendario de la UCI: el gravel, que se corre con bicicletas de ruta, pero con gruesas ruedas de montaña. Alejandro Valverde anda haciendo sus pinitos.
Strade Bianche. La Strade Bianche rescató este terreno en 2007 con una carrera que ya se ha convertido en un momento álgido de la temporada, replicado en España, más modesta y recientemente, en 2022, por la Clásica de Jaén. Hace tiempo que el Giro incluye esta polvareda en sus recorridos. Este año, sin ir más lejos, venció Pelayo Sánchez. Pero en el Tour, la madre de todas las batallas, era un experiencia inédita. Entre los gallos, Tadej Pogacar había ganado dos veces en Siena y una en Jaén, así que ya imaginan quién se frotaba las manos.
El esloveno no quiso desperdiciar la ocasión y, acorde a su espíritu, lanzó dos tremendos ataques. Al primero, a 22 km, respondió Jonas Vingegaard a duras penas gracias a la labor de Matteo Jorgenson, que cerró el hueco. Con el enemigo a rueda, Tadej paró, pero insistió a 8 km para meter otra vez el miedo en el cuerpo a sus rivales, aunque nada de tiempo.
Como en las etapas de adoquín, el día causaba más temor a los aspirantes por lo que podían perder, que por lo que podían ganar. Una avería daba al traste con el Tour. Y fueron precisamente esas averías las que crearon dos momentos de incertidumbre en la lucha por la general. Vingegaard pinchó en el sector 12, a 100 km de la meta, y tuvo que cambiar rápidamente su bicicleta con Jan Tratnik. El UAE, que vio la jugada, apretó revoltosamente en los siguientes tramos, con Pogacar al frente, para incomodar al danés y no dejarle recuperar su montura. Vingegaard asumió la situación y corrió toda la etapa con la bici de otro. También tuvo un buen susto Evenepoel, justo después de lanzar un ataque marca de la casa a 78 km, al que respondieron con solvencia Pogacar y Vingegaard. Luego, en el sector 8, el belga sufrió una avería que le obligó a darse un buen calentón para recuperar su sitio. Se le quitaron las ganas de más alegrías. Y casi sale escaldado.
El sterrato, cuya inclusión en el Tour había generado un ardiente debate, con partidarios y detractores, cerró el primer tercio de la Grande Boucle con un vibrante espectáculo televisivo, que animará a experiencias futuras. El miedo a que algún favorito dejara sus aspiraciones sobre la tierra no solo no se cumplió, sino que ni siquiera hubo diferencias entre los capos, aunque sí altas dosis de estrés. Sus peligros, además, fueron menores que en las jornadas de adoquín. Todo apunta a que habrá gravel para rato. Así son las modas.
Ganador
Turgis vence en la fuga, con Aranburu en la cuarta posición